EL BARCO SE HUNDE

CLUB

El vaciamiento es tangible, el barco azulgrana se hunde y las ratas huyen, no sin antes reclamar su parte del queso. 

Los y las hinchas de San Lorenzo todos los días nos despertamos con esa sensación de “¿y ahora qué?”: cuál va a ser la bomba que explote hoy, qué juicio, a qué jugador piensan operar, qué declaración desafortunada van a tener los dirigentes, qué deuda va a saltar. No vemos la luz. Cada vez son más las voces del hartazgo y parece necesario aclarar que quienes limiten eso a “los twitteros” o “al microclima de twitter” están realmente subestimando esta situación calamitosa. 

Tenemos todos los frentes incendiados: el deportivo, el financiero y el judicial. Ahora que la Ley de Rezonificación salió y después de pedirnos aplausos por eso (varias veces) en las redes, no pueden buscar escapatorias haciendo anuncios pomposos sobre la vuelta a Boedo porque saben que no se los vamos a creer, mucho menos después del papelón de la maqueta.

Entonces, yo me pregunto: ¿a qué vinieron estos tipos? Hace un año y medio se presentaron a elecciones. Es cierto, hace mucho más que los vemos hacer y deshacer en el club, pero en diciembre de 2019 consideraron que aún estaban en condiciones de asumir la dirigencia de este club enorme. No nos pueden decir que no conocían “la herencia”. Hoy en cualquier programa de TV o transmisión donde se habla de San Lorenzo los periodistas se encargan de destacar la difícil situación que atraviesa la institución. Mientras tanto: 

  1. El Presidente licenciado, fiel a su condición de rata, huyó excusándose en las mismas frases que usa cada vez que el Club se ve complicado (por cosas que él y su gente generan). Ahora corren los rumores, probablemente extendidos por él, de que no se va a ir del todo hasta que San Lorenzo no le devuelva la plata que dice haber puesto. Típica maniobra savinista. 
  2. Por otro lado, lo último que sabemos del Ministro de Turismo y Deportes es que para afrontar uno de los compromisos más importantes de la historia azulgrana le pidió dólares a los hinchas (incluso amigos suyos) y firmó los mutuos prometiendo personalmente a devolver la plata en caso de que el Club no pudiera hacerse cargo (spoiler alert: no pudo). Cuando esta gente le reclamó, bloqueó sus teléfonos y los instó a hacerle juicio a San Lorenzo. Otra rata. 
  3. El Presidente provisorio, que nunca hubiera ganado la última elección de haberse presentado por sus propios medios, pone la cara para los cachetazos, pero declara cada día peor, echando leña al fuego con cada frase desafortunada. 

No hay un dirigente que tenga legitimidad y, aún sin la presión de los hinchas en las tribunas (algo que paradójicamente también depende del Ministro), no meten un acierto ni de casualidad. El contexto es claro y conocido por todos/as. ¿Nos van a seguir pidiendo paciencia?

AUTOR: Laura Fiasche

Colaboradora en DBV. Socia de San Lorenzo nro. 9.569. Abogada.

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