Estamos acostumbrados a las operaciones berretas de algunos periodistas. Acostumbrados a que la vara cada vez sea más baja. Pero aún con todo en contra, hay cosas que son difíciles de creer.
Algunos partidarios se cansaron de remarcar el alto presupuesto que tenía San Lorenzo con los Romero -todo lo que estuvo a su alcance para operar, lo hicieron-; entonces con qué cara (¡¿o cómo nos ven!?) empatamos de local contra Racing, sin ir a buscar el partido, y quieren escudar a los dirigentes argumentando que NO TENEMOS PRESUPUESTO. Sin obviar que lejos estamos de ser un equipo austero, porque que Di Santo, por ejemplo, cobra con el dólar libre, lo sabemos todos.
Podemos encontrar mil motivos para indignarnos. Motivos que, poco a poco, nos desgastan y nos apagan las ganas de encontrarnos frente al televisor (aunque, no hace falta que me lo digan, llega la hora y estamos firmes); pero, al fin, estamos cerca de volver a la cancha. Y de golpe todo se vuelve lindo. Ese día no va a importar si hace frío o un calor agobiante… nunca importó. Hemos ido a la cancha un día de semana estando afuera de todo. Yendo, simplemente, por los colores. Y esos partidos son los más lindos, a mi gusto, porque no vas para demostrar nada. Vas porque un día juraste que ibas a seguir a San Lorenzo en cualquier lugar y situación.
San Lorenzo nos salvó un montón de veces, y aunque estemos desesperados también por demostrarle nuestro descontento a esta dirigencia, sé que ese día va a ser perfecto. Pudimos verlo hace poco cuando la gente fue a alentar a Argentina. Esa gente, realmente, fue feliz. Es que puedo pecar por hablar desde adentro, pero no hay nada tan increíble como el fútbol. Tenemos suerte de sentir así, aunque a veces nos lamentemos por ser tan fanáticos. Sería tan aburrida la vida…
Para descargar, para gritar, para cantar. Falta poco para volver a ser felices.
Porque si al final, en este club, nunca terminamos de tocar fondo, por lo menos que nos dejen volver a sentir. Porque el fútbol sin hinchas se muere. Y a nosotros San Lorenzo nos hace vivir.
AUTOR: Nataly Novillo
Colaboradora en DBV. Socia de San Lorenzo nro. 13.794. Editora de libros. Estudiante de Ciencias Económicas.
