FRAGMENTADOS

INSTITUCIONAL

Los socios permanecemos impávidos ante una nueva fractura de la coalición gobernante, con renuncias, operaciones mediáticas, bombas y misiles donde el único herido resulta San Lorenzo. Parece difícil creer que nuestros dirigentes tropiecen nuevamente con la misma piedra a sabiendas de la traumática experiencia que vivimos hace menos de 10 años, bajo la conducción de Abdo, Aldrey y Datria, de la cual muchos de los actuales directivos formaron parte.

Habitualmente, ante la más mínima crítica por parte del asociado, como un niño cuando aprende a decir Mamá o Papá, el partido de Gobierno recurre al manual de frases hechas, hartamente escuchadas. “San Lorenzo es un club muy politizado”, es la de cabecera.

Sin embargo, si nos remitimos a la historia política de San Lorenzo, todos los relatos nos hablan de que las etapas más oscuras de nuestra institución se gestaron en el mismo riñón de gobierno. Por caso, en la década del 60, el otrora Presidente Ricardo Soriva, hombre de Orden y Progreso, renunció por pedido de su propia fuerza e, incluso a mediados de la década del setenta, los registros periodísticos de la época dan cuenta ¡hasta de un golpe interno a Osvaldo Valiño, quien ostentó ser la máxima autoridad de nuestro Club entre  1972-1976, por parte de su sustituto De Baldrich!

Estas líneas no pretenden ser ni siquiera un breve repaso histórico ni mucho menos, pero usted lector podría googlear  sin demasiado esfuerzo los nombres de Moises Annan, Vicente Bonina o Héctor Habib -todos ellos Presidentes bajo el amparo de la Unidad- y concluir que en todos los casos descapitalizaron a nuestro Club y lo dejaron de rodillas deportivamente hablando mientras jugaban a la política de comité.

Más acá en el tiempo, los más jóvenes lo vivimos en carne propia hace menos de una década cuando entre Abdo, Aldrey y Datria decidieron dirimir su interna a cielo abierto una vez que ganaron la elección en diciembre de 2010 con un San Lorenzo al borde del descenso y ollas populares en Ciudad Deportiva.

El tiempo pasó y después de aquellas catástrofes los misiles siguen detonándose. Nuevamente la interna, los egos y las urgencias nos hacen perder de vista lo trascendente cuando tenemos a la Avenida La Plata frente a nuestras narices y un Club enorme a la espera de despegar a nivel continental.

La arrogancia y las ambiciones personales siempre conspiraron, y esta vez no parece ser la excepción, contra la idea de cimentar las bases de un cambio definitivo y profundo que los socios, autocrítica mediante, deberemos encabezar con mucho compromiso y humildad sin egos, miserias ni nombres propios más que el del Club Atlético San Lorenzo de Almagro.

AUTOR: Alejo Diaz

Integrante de De Boedo Vengo. Socio de San Lorenzo nro. 8.589 y Socio Refundador.

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