TRÁFICO DE INFORMACIÓN

INSTITUCIONAL

Tras el show del comunicado, se fueron los Romero y en poco tiempo pasó de todo y todo malo para la imagen de San Lorenzo. En primer lugar, un desatinado comentario del presidente del Palestino chileno que definió perfectamente el contexto moral del ser nacional y de San Lorenzo, al detallar que tuvo que tratar con personas connotadas de la Argentina, un Ministro y el presidente de la Liga Profesional, en su momento Lammens y Tinelli, presidente y vicepresidente del Club. A ese golpe de realidad, la respuesta fue poner la otra mejilla. Pero no por honor, sino por falta de reflejos.

Ángel y Oscar dijeron basta. Todos los medios informaron que los mellizos querían ser negociados. Ellos lo desmintieron y la respuesta fue darles la razón. Bueno, casi. Primero intentaron una desmentida a través del nuevo presidente (viejo conocido que jugó en todas las ruletas de la política azulgrana) para luego comunicar que se había llegado a un (pésimo) acuerdo para preservar el patrimonio de la institución.

El siguiente paso fue Ortigoza confirmando que ya no hay figuras en San Lorenzo. Flaco favor nos hiciste, Gordo querido… El ídolo tiró un búmeran que tiene destino de nuca. Si ahora están todos unidos y tiran para el mismo lado, a juzgar por el buen rendimiento de los paraguayos y la pésima actitud del resto, queda picando la desagradable idea de pensar que el malestar general le ganó la negociación al esfuerzo.

Tras las declaraciones de Ortigoza, los medios no dudaron en decir (y luego desdecir) que el referente estaba ordenando el vestuario y que se llevaban adelante ritos como la corta de fotos de los Romero. Un papelón.  Se sabe en el fútbol que la fuente más confiable y cercana al periodista es el futbolista, aunque en San Lorenzo sea un mano a mano con los dirigentes. El jugador que no juega y está molesto, el que necesita una nota para venderse, el dirigente que necesita desgastar a un jugador o a un entrenador, o ensuciar a la gestión anterior, en ambos casos se filtra la información a la prensa.

Quienes filtran información a la prensa, ya sea verdadera o falsa, quienes cuentan intimidades de vestuario a la prensa están traficando información. Deben ser multados y separados de sus funciones hasta determinar su situación. Debe ser sagrada la confianza entre las unidades que construyen, con la mejor ejecución posible de sus responsabilidades, la imagen de San Lorenzo. El futbolista debe asumir que mientras desarrolla su rutina profesional, el periodista nunca será su amigo. Menos inocente es el caso de los dirigentes que operan contra el patrimonio del club para no asumir errores de administración y conducción. Con una comunicación oficial vertical y penas al tráfico de información, estas filtraciones quedarían expuestas y desarticuladas.

San Lorenzo necesita comprender la importancia de reconstruir su imagen y demostrar que puede ser un socio confiable para generar negocios que desvíen fondos genuinos para la vuelta a Boedo. Una imagen que permita recuperar la confianza de los dirigentes de las confederaciones sudamericanas, para competir en igualdad de condiciones con la ventaja que ya antepone nuestra grandeza.

Esta fue otra semana olvidable donde nos recordarán por asumir el descenso económico propiciando la fuga de figuras, todo firmado por un presidente que nadie votó y por el liderazgo de un ídolo que volvió para jugar entre cuatro paredes. En este contexto, la corrección política de Di Santo al afirmar que se queda en San Lorenzo porque también es un equipo grande, nos hizo sonreír por no llorar. Irónicamente fue la única forma de comunicación positiva que surgió desde el Club, en un contexto que atenta contra las necesidades que deberemos afrontar cuando la Vuelta a Boedo exija ladrillos y la realidad no pueda ser una excusa.

AUTOR: Claudio Leonel Diotallevi

Miembro Integrante de DBV. Socio de San Lorenzo nro. 16.883. Coordinador de Contenidos Audiovisuales en Torneos.

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