ABONADOS A LA PACIENCIA

INSTITUCIONAL

La luz de salida a la pandemia ya se divisa y no está tan lejos. Más temprano que tarde, le pese a quien le pese, los socios y abonados volveremos a ocupar nuestro lugar en el estadio. En este sentido, el Club comunicó, a través de su Presidente en ejercicio, que está estudiando cómo podría llevarlo a la práctica.

San Lorenzo se encuentra en un dilema que deberá resolver en las próximas semanas si finalmente se concreta el regreso de los hinchas al Pedro Bidegain. Con un aforo del 30% de la capacidad del estadio equivalente a 12.000/14.000 lugares, el Club no podrá darle acceso a sus casi 48.000 socios con cuota al día (según datos oficiales) y, al mismo tiempo, cuenta con alrededor de 8.000 abonados, a quienes en octubre de 2020 se comprometió públicamente a reconocer, ya que se disputaron 4 de los 18 partidos estimados para la temporada.

En este sentido, el Presidente transitorio, Horacio Arreceygor, esbozó en una entrevista televisiva con el canal TyC Sports que a partir de que cada socio haya visto al menos un partido planea iniciar una venta de abonos.

Entendemos que este es un recurso primordial con el que cuentan clubes como el nuestro y somos conscientes -porque lo vemos, lo escuchamos y lo padecemos- de la situación financiera asfixiante a la que sometieron a nuestra Institución, por lo que San Lorenzo no se encuentra en condiciones de despreciar ningún ingreso genuino.

Pero en este nuevo mundo, luego de que miles de cuervos pagaron religiosamente su cuota y abono durante todo un año sólo por amor a los colores, restringir todavía más el ingreso al estadio -o volver a cobrarle a aquellos que ya lo habían hecho por adelantado la temporada pasada- no parece la mejor idea. Quizás sí sea la más sencilla, la más simple, la más cercana y, seguramente, la mayoría de los cuervos colaboremos como cada vez que los directivos de turno nos piden un aporte extraordinario más, un último esfuerzo. Pero, desde ya, no parece el proyecto más lúcido si lo que se busca es reconocer al socio y al abonado.

Pedirle al socio un esfuerzo de estas características implicaría una forma equivocada de pararse ante la necesidad de generar más recursos. Es pedirle a quien ya aporta que duplique el esfuerzo. Una manera habitual a la que nuestros directivos recurren ante la falta de inventiva e ingenio.

2020 fue el segundo año consecutivo en el que nuestro Club achicó su masa societaria. Y San Lorenzo no hizo nada al respecto desde su Gerencia de Socios. Sólo durante la pandemia, la Institución perdió 10.000 socios (el 16% de su padrón), de quienes tiene escasa o nula información, por lo que desconoce los motivos por los cuales decidieron alejarse, aún no los contactó masivamente, no sabe si volverían, y hasta el momento no les ofreció ninguna alternativa como pudiera ser la posibilidad de una moratoria excepcional para recuperar su antigüedad.

Por lo tanto, “agudizar el ingenio” -entre otras verdades de Perogrullo- debe dejar de ser un lugar común para no buscar siempre la solución en el bolsillo del socio, que esta vez más que nunca colaboró (y lo sigue, y seguirá haciendo), con su amor propio y orgullo templado, sin pedir nada a cambio.

AUTOR: Alejo Diaz

Integrante de De Boedo Vengo. Socio de San Lorenzo nro. 8.589 y Socio Refundador.

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