DEJO TODO POR SAN LORENZO

¿Cuántas veces la vida nos encontró gritando a los cuatro vientos esta frase tan simple y representativa a la vez? ¿Cuántas veces, a lo largo de los últimos 30 años, la hemos entonado con el pecho inflado, en el marco de esa canción que se convirtió en un auténtico himno de la tribuna azulgrana?

Seguramente vos, Cuervo, la cantaste miles de veces y quizás no sepas siquiera sobre qué tema original está inspirada. Sucede que, cuando se hizo masiva en la tribuna, no era una canción vigente ni “de moda”.

Quien escribe estas líneas tiene la suerte de ser amigo, desde hace décadas, de su autor y de haber estado presente en el momento en el que la introdujo al ámbito de San Lorenzo. Podría decirse que estuve cuando el tema nació.

Marcelo Alonso, más conocido como “El Pana”, fue quien le puso letra cuerva a una canción que en el año 1980 había editado “Palito” Ortega bajo el nombre de “Me Gusta el Verano”. Consultado sobre cómo se le ocurrió, contó que estaba de vacaciones en Monte Hermoso con sus amigos, cuando uno de ellos comenzó a cantar: “Cómo me gusta, el verano es mejor… Cómo me gusta, caminar bajo el sol… Cómo me gusta, el color del verano en la gente”…

Hasta ahí, la historia no tiene nada de especial, pero en la cabeza de un enfermo de San Lorenzo como “El Pana” quedó rebotando la idea de adaptarla para la tribuna. Así fue que un tiempito más adelante, el miércoles 12 de junio de 1991, la cantó frente a un grupo de amigos que nos estábamos juntando para ir a Córdoba a alentar al Ciclón frente a Talleres.

“Dejo todo por San Lorenzo, gane o pierda lo sigo igual…

Un sentimiento inexplicable que lo llevo adentro, no puedo parar…

Vamo’ azulgrana, ponga huevo Ciclón…

Vamo’ azulgrana, te quiero ver campeón…

Vamo’ azulgrana, no le falles a toda tu gente”…

La letra nos cautivó de inmediato, pero la melodía no nos resultaba conocida y por entonces no contábamos con la posibilidad de recurrir a YouTube para escuchar la versión original. Hay que decir que fue la insistencia de “El Pana”, que nos volvió locos cantándola durante todo ese viaje a “La Docta”, la que hizo que se nos pegara para siempre. A tal punto, que no podíamos dejar de entonarla, incluso a veces pifiando la melodía por el desconocimiento del tema original.

Cada vez que la repetíamos nos gustaba más y nos parecía que era una canción ideal para acompañar con palmas, ya que en esos tiempos habían prohibido el ingreso de bombos. A su vez pensábamos que quizás estaba destinada -como tantas otras- a ser una “canción de micro”, de esas que nunca pegan en la tribuna.

La historia se encargó de mostrarnos cuán equivocados estábamos: cuando empezamos a cantarla en los entretiempos y en las previas de los partidos, la gente la adoptó con total naturalidad. El paso a la popular le dio, incluso, un cambio en algún tiempo verbal y el “Gane o pierda lo sigo igual” pasó a ser “Ganes o pierdas te sigo igual”, sin alterar para nada el espíritu de la letra.

Lo que vino después lo conocemos todos, una canción emblemática de la década del 90, que nunca perdió vigencia y que es muy difícil que no se cante en un partido de San Lorenzo.

Era la historia detrás de esta canción la que merecía ser contada. La que merecía ser conocida por ustedes, los que dejan todo por San Lorenzo.