CONTATE OTRO (PARTE 8)

HISTORIA

Un equipo que se va de gira en medio de un torneo y que sólo juega siete de las 22 fechas previstas (y que al volver es premiado con una copa), una final resuelta en los escritorios y un par de campeones que se consagraron como tales en partidos largamente postergados fueron la antesala del mayor cambalache de este resumen del Amateurismo entre 1925 y 1929: la fusión del 27 y su antojadizo reacomodamiento de clubes.

En 1925 la Asociación Argentina de Football (AAF) repitió su costumbre de organizar un torneo cuyo fixture no se respetaría en su totalidad. El ascendido Chacarita Juniors se incorporó a los 22 participantes del certamen anterior con tres asteriscos: Sportivo del Norte fue subsumido por Colegiales, General San Martín se fusionó con Villa Urquiza y ocupó su lugar, y Platense (Retiro) cambió de nombre dos veces: primero pasó a ser Retiro, a secas, y después, Universal. El plan era que los 23 equipos se enfrentaran entre sí a lo largo de una rueda, a partir del mes de abril. Poco le importó a Boca, que en febrero partió de gira a Europa (jugó 13 amistosos en España, cinco en Alemania y uno en Francia con cinco refuerzos cedidos por Huracán, El Porvenir, Argentinos, Rosario Central y Tiro Federal). A su regreso, el club de la Ribera sólo pudo disputar siete de sus compromisos postergados, pero la Asociación se lo compensó mediante la entrega de una “Copa de Honor” (!). Se registraron ocho cesiones de localías (Alvear-Del Plata, Colegiales-All Boys, Urquiza-El Porvenir, Platense-Huracán, Sportsman-El Porvenir, Sportsman-Chacarita, Nueva Chicago-Argentinos y San Fernando-Boca) y ni más ni menos que 12 entregas de puntos (a favor de los locales en Boca Alumni-All Boys, Gral. San Martín-Argentinos, Temperley-Universal, Temperley-Boca Alumni, Argentino de Banfield-Argentino de Quilmes, Progresista-All Boys, Sportivo Barracas-All Boys y Alvear-Universal; y de los visitantes en Argentinos-Universal, Argentinos-El Porvenir, All Boys-Dock Sud y Boca Alumni-El Porvenir). Además, El Porvenir 1 – Chacarita 2 se suspendió en junio y prosiguió en enero del año siguiente, mientras que Argentino de Quilmes 0 – Nueva Chicago 2 arrancó en junio y culminó en noviembre, y Argentino de Quilmes 3 – Chacarita 1 comenzó en agosto y finalizó en octubre. Boca Alumni 0 – Sportivo Barracas 0, en cambio, duró sólo 39 minutos y jamás continuó. La suspensión de Nueva Chicago 2 – Colegiales 2 fue trocada en los escritorios por triunfo del local. Se desconoce la fecha de disputa de nueve cotejos. Y Del Plata-Temperley, Universal-Palermo y Alvear-Argentino de Quilmes no se jugaron nunca. Aun así, lo más irrisorio de todo fue la definición del “título”. Para cuando algunas escuadras habían completado 20 partidos, otras 21 y otras 22 (sin reiterar el particular caso de Boca, que apenas había recuperado siete) la AAF resolvió que los dos punteros definieran anticipadamente al campeón a través de una final. Se trataba de Nueva Chicago y Huracán, que compartían el liderazgo de la tabla con 38 unidades (seis más que El Porvenir). El match se llevó a cabo el 22 de agosto en la cancha de Sportivo Barracas y terminó igualado en un gol. Nueva Chicago se negó a jugar el tiempo de prórroga para desempatarlo con la intención de disputar un segundo partido, por lo que sus jugadores se retiraron del estadio en medio de incidentes. Acto seguido, la AAF digitó como “campeón” de este esperpento a Huracán, en tanto que Chicago abandonó la entidad y se inscribió en la Asociación Amateurs de Football (AAmF). “Nada del otro mundo” en el mundo del Amateurismo.

Esa misma temporada, el campeonato de la AAmF fue una pizca más “normal”. Se extendió desde abril hasta septiembre y fue integrado por los 24 contenientes del torneo pasado más el ascendido Excursionistas. Volvió a emplearse el sistema de “todos contra todos” en una rueda. Volvió a “coronarse” Racing (que sumó tres unidades más que San Lorenzo). Y volvieron a suprimirse los descensos (que en esta ocasión le hubieran correspondido a Estudiantil Porteño y Estudiantes de Buenos Aires). Los encuentros Platense 0 – Lanús 1, Barracas Central 1 – San Lorenzo 3 y Estudiantes (BA) 0 – River 1 se celebraron en la cancha del visitante. Hubo triunfos sin jugar en seis cotejos (los locales entregaron los puntos en Sportivo Buenos Aires-San Isidro, Argentino del Sud-Sportivo Almagro, San Isidro-Independiente, Banfield-Atlanta y Sportivo Buenos Aires-Barracas Central, mientras que los visitantes lo hicieron en Barracas Central-San Isidro y Gimnasia y Esgrima La Plata-Tigre). De los nueve encuentros que se suspendieron, cuatro nunca se completaron y el resultado permaneció tal como estaba: Barracas Central 2 – Estudiantil Porteño 0, Liberal Argentino 1 – San Lorenzo 2, Quilmes 2 – Sportivo Almagro 0 y Liberal Argentino 2 – Estudiantes de La Plata 0. Otros tres prosiguieron con distinta demora: Vélez 0 – Sportivo Almagro 1, Ferro Carril Oeste 0 – Quilmes 1 y Estudiantil Porteño 0 – Sportivo Buenos Aires 0. Y se le dieron por ganados los puntos a Vélez en su empate parcial 1-1 como visitante de Independiente y a Lanús en su derrota transitoria 1-2 como anfitrión de Gimnasia La Plata.

El de 1926 fue el último torneo de la AAmF, antes de una nueva fusión organizativa. Lo disputaron 26 clubes: los 25 ya enlistados junto con el ascendido Talleres de Remedios de Escalada. Constó de una sola rueda de 25 jornadas, entre los meses de abril y noviembre, y significó la segunda “coronación” de Independiente, que sumó 46 unidades, seguido por San Lorenzo, que obtuvo 45. En los últimos lugares quedaron Argentino del Sud y Atlanta, quienes -no obstante- no descendieron. Se invirtieron las localías en dos oportunidades (Estudiantes de Buenos Aires 0 – Platense 5 y Sportivo Almagro 1 – San Lorenzo 2). Se produjeron 11 victorias por ausencia o abandono de la visita (en Lanús-Liberal Argentino, Estudiantes de Buenos Aires-San Isidro, Gimnasia La Plata-River, Estudiantil Porteño-Estudiantes de La Plata, Gimnasia La Plata-San Isidro, Banfield-Estudiantil Porteño, Platense-Quilmes, Sportivo Buenos Aires-Tigre, Sportivo Almagro-Banfield, Defensores de Belgrano-Estudiantes de La Plata y Lanús-Estudiantil Porteño) y otras tres por idéntico proceder del local (en Atlanta-Excursionistas, River-Sportivo Buenos Aires y San Isidro-Ferro). Por otro lado, se desconoce cuándo se disputó Sportivo Palermo 4 – Defensores de Belgrano 1. En cuanto a las suspensiones de partidos, nunca continuaron Lanús 2 – Tigre 0 (interrumpido a los 45 minutos), Sportivo Buenos Aires 1 – Sportivo Palermo 2 (sin hallarse especificado el tiempo jugado), Gimnasia La Plata 0 – Vélez 2 (ídem paréntesis anterior) y Barracas Central 2 – Quilmes 1 (ídem). El dato más curioso se dio el 12 de diciembre, con la suspensión de Atlanta-Independiente. El match, que hasta entonces lo ganaba la visita por un tanto, se pospuso para el 26, con el resto del campeonato cerrado. Finalmente, los de Avellaneda ampliaron el marcador a un 0-2 que terminó dándoles el “título”.

El último certamen de la AAF, en tanto, fue otro bochorno de enormes proporciones. Todo estaba dado para que compitieran 24 escuadras (las 23 del año anterior y el ascendido Sportivo Balcarce). Pero transcurridas 15 jornadas, seis clubes perdieron la afiliación (All Boys, Colegiales, El Porvenir, Nueva Chicago, Sportivo Barracas y Temperley), y todos los partidos en los que éstos estuvieron involucrados (ni más ni menos que 66) fueron anulados. La peculiar coyuntura fue nuevamente aprovechada por Boca, que con cuatro unidades más que su más inmediato perseguidor (Argentinos Juniors), volvió a “campeonar”. Entre otras anomalías, hubo cuatro cesiones de localía (Porteño-Argentinos, Dock Sud-Progresista, Universal-Chacarita y Porteño-Gral. San Martín), 12 entregas de puntos (a favor del visitante en Progresista-Gral. San Martín, Chacarita-Argentino de Quilmes y Dock Sud-Palermo, y a favor del local en Universal-Dock Sud, Universal-Progresista, Universal-Del Plata, Alvear-Progresista, Alvear-Argentino de Quilmes, Argentinos-Progresista, Argentinos-Boca Alumni, Argentinos-Huracán y Argentinos-Alvear, que habían llegado a disputar 45 minutos, con triunfo parcial del “Bicho” 1-0), un cotejo suspendido que se volvió a jugar desde el inicio (la igualdad en dos tantos de All Boys y Sportivo Balcarce, que luego fue victoria 3-0 de los de Floresta y en última instancia quedó anulada) y otro que nunca continuó (Nueva Chicago 1 – All Boys 0).

El 28 de noviembre de 1926 no fue una fecha más para el fútbol argentino, ya que ese día se selló la fusión entre la AAmF y la AAF para constituir la Asociación Amateurs Argentina de Football (AAAF). Promovida por el presidente de la Nación, Marcelo T. De Alvear, la conformación de una nueva Primera División unificada distó mucho de ser prolija. Se amontonó a un total de 34 clubes, de los cuales 26 provenían de la máxima categoría de la AAmF (incluyendo a Sportivo Almagro, que pasó a llamarse Almagro) y sólo siete de igual instancia en la AAF (lo que claramente puede interpretarse como un reconocimiento de la menor jerarquía de esta segunda entidad). Un gran favorecido por el cambio de escenario fue Vélez, que resultó promovido “a dedo” por su condición de fundador de la AAF. En cambio, 11 instituciones que habían completado la temporada de la principal categoría de dicha Asociación (algunas de ellas, muy bien posicionadas en la tabla) fueron relegadas sin mayores argumentos a una flamante segunda divisional que llevaba por nombre un eufemismo: “Primera División – Sección B”.

Así llegamos al interminable certamen de 1927, que comenzó el 19 de marzo y conoció a su “campeón” el 12 de febrero de 1928, aunque recién se completó el 8 de abril de ese año (cuando se celebró el desempate por el 30º lugar). La definición fue muy digna del Amateurismo: Boca acariciaba la “gloria” al completar su participación el 31 de diciembre y alcanzar un total de 56 puntos. Pero San Lorenzo tenía ni más ni menos que seis cotejos postergados, de los cuales empató uno y ganó cinco, lo que le sirvió para sumar 57 unidades y volver a “dar la vuelta”. En el transcurso del torneo, el visitante le cedió los puntos al local en 10 juegos: Vélez-Almagro, Tigre-River, Banfield-Atlanta, Estudiantil Porteño-Porteño, Talleres-Argentino de Quilmes, Lanús-Almagro, Barracas Central-Almagro, Sportivo Barracas-Porteño, Talleres-Atlanta y San Lorenzo-Porteño. Ocurrió lo mismo, pero en sentido inverso, en tres: Atlanta-Lanús, Almagro-Estudiantil-Porteño y Atlanta-Argentinos. Otra incidencia destacable tiene que ver con Banfield 1 – Talleres 2, partido que en los escritorios quedó en manos del local, además de que a los de Escalada se les aplicó una sanción de dos puntos. Cuatro compromisos se suspendieron y jamás continuaron: San Isidro 1 – Lanús 3, Atlanta 2 – Sportivo Palermo 2, Liberal Argentino 0 – Boca 0 (se llegaron a disputar 85 minutos) y Gimnasia 0 – Huracán 4. Sí prosiguieron otras cinco contiendas interrumpidas (casi siempre con un delay de varios meses). Asimismo, se le otorgaron los puntos al local en Lanús-Ferro (suspendido cuando estaban 0-0) y Atlanta-Excursionistas (que iban 3-1). Pero nada superó en ridiculez a la definición de los descensos. Estaba previsto que hubiera cuatro bajas, pero la reglamentación también establecía que los 20 equipos que iniciaron la AAF en 1919 tenían que ocupar dos veces los puestos de la retaguardia para recién entonces perder la categoría. Como los cuatro últimos -es decir, Tigre (tras perder un desempate con Defensores de Belgrano), San Isidro, Estudiantes y Porteño- cumplían ese requisito, pues bien, nadie descendió.

A mediados de abril de 1928 se dio inicio a otro certamen maratónico que concluyó más de un año después, el 30 de junio de 1929. El mismo estuvo compuesto por 36 participantes (los 34 de 1927, junto con los ascendidos El Porvenir y Argentino de Banfield). Su ganador fue Huracán, que a lo largo de 35 jornadas logró acumular 58 puntos (uno más que Boca y cinco más que Estudiantes de La Plata). De los tres descensos previstos sólo se efectivizaron dos (Liberal Argentino y Porteño), puesto que Defensores de Belgrano se vio beneficiado por la misma reglamentación que había salvaguardado la permanencia de los cuatro colistas del torneo anterior. Las inversiones de localías fueron cuatro: Quilmes-Boca, Argentino del Sud-San Isidro, Tigre-Boca y Banfield-Boca (vale resaltar que Boca Juniors fue anfitrión en 20 de los 35 partidos que disputó). Gimnasia le ganó los puntos sin jugar a Lanús, mientras que en Argentino del Sud-Almagro no se presentó ninguna de las dos escuadras, por lo que se le dio el match por perdido a ambas. El criterio aplicado para los cotejos suspendidos volvió a ser completamente dispar. Seis encuentros continuaron (Estudiantes de Buenos Aires-Racing, Liberal Argentino-Gimnasia, Excursionistas-Almagro, Porteño-Barracas Central, Argentinos-Excursionistas y Barracas-Talleres), mientras que otros dos no (Boca-Independiente y Boca-River). Tigre-San Lorenzo, en tanto, se suspendió a los 43 minutos, y el triunfo le fue adjudicado al local, pese a que igualaban en un gol.

Quedaban sólo seis meses para que culminara 1929 y era hora de paliar la desmedida extensión de los torneos (consecuencia directa de la desmedida cantidad de participantes en Primera División). En ese sentido, la AAAF improvisó un Campeonato Estímulo que con el tiempo fue homologado a las ligas del fútbol amateur (aunque a priori estaba planteado para ser una copa), singularizado por un cambio de formato: la distribución de los 35 clubes en dos secciones (“Impar” y “Par”), según su ubicación en el certamen anterior, con el agregado del ascendido Colegiales (incorporado a “Par”). Otro dato a considerar es que, a través de una resolución, antes de fin de año la entidad organizadora dictaminó que aquellos equipos que no se presentaran a un partido dado, perderían los puntos en todos los siguientes. Los descensos quedaron suprimidos y los ganadores de cada sección (Gimnasia La Plata por la “Impar” y Boca -después de desempatar con San Lorenzo- por la “Par”) clasificaron a una final por el “título” (mientras que los escoltas debieron medirse por el dudoso honor de quedar en tercer lugar, que quedó en manos de River, ya que el “Ciclón” no se presentó). El 9 de febrero de 1930, en la cancha de River, Gimnasia se impuso 2-1 sobre Boca y así logró su primera “coronación”. Aunque cumplió el objetivo de desarrollarse en un lapso más acotado, la competencia estuvo plagada de irregularidades. Si bien se puso fin a la cesión de localías, fue sorprendentemente alto el número de cotejos que se llevó a cabo en un escenario neutral (38). Asimismo, los locales cayeron “en los escritorios” en un total de 16 ocasiones (Huracán-Racing, Platense-Almagro, Estudiantes de La Plata-Gimnasia La Plata, Huracán-Almagro, Platense-Colegiales, Huracán-Argentino del Sud, Atlanta-Banfield, Huracán-San Fernando, Platense-Argentino del Sud, Excursionistas-Defensores de Belgrano, Sportivo Palermo-Quilmes, Sportivo Barracas-Quilmes, Sportivo Buenos Aires-Argentinos, Defensores de Belgrano-Estudiantil Porteño, Quilmes-Chacarita y Sportivo Buenos Aires-Barracas Central), en tanto que lo inverso ocurrió ni más ni menos que 25 veces (en Banfield-Huracán, Estudiantes de Buenos Aires-Huracán, Atlanta-Platense, River-Huracán, San Isidro-Platense, El Porvenir-Atlanta, Racing-Estudiantes de La Plata, Talleres-San Fernando, El Porvenir-Huracán, River-Platense, Almagro-San Isidro, Talleres-Estudiantes de La Plata, Tigre-Atlanta, Sportivo Palermo-Sportivo Buenos Aires, Chacarita-Argentino de Banfield, Barracas Central-Argentino de Quilmes, Quilmes-Sportivo Buenos Aires, Chacarita-Argentino de Quilmes, Argentino de Banfield-Barracas Central, Estudiantil Porteño-Excursionistas, Sportivo Palermo-Ferro, Vélez-Argentino de Quilmes, Excursionistas-Argentino de Quilmes, Quilmes-Ferro y Sportivo Palermo-Defensores de Belgrano). Debe acotarse que en el caso puntual de Sportivo Barracas-Quilmes, la Asociación castigó al primero por no haber definido el estadio en el que debía jugarse el match, lo cual motivó un reclamo que nunca fue atendido. Tres partidos se le dieron por perdidos a los dos contrincantes (Estudiantes de La Plata-San Fernando, San Isidro-Banfield y Ferro-Excursionistas). Al no presentarse versus San Lorenzo, Sportivo Barracas fue suspendido por un mes y perdió los puntos en las cuatro fechas posteriores (como visitante de Vélez y Argentino de Banfield, y como anfitrión de Chacarita y Boca). A Platense también se le aplicó una sanción similar por no jugar ante San Fernando, pero esto no implicó nuevas derrotas en función de que su fixture estaba completo. Por si lo dicho fuera poco, nunca se completaron los siguientes enfrentamientos: Talleres 0 – Gimnasia 1 (duró sólo 75 minutos), San Fernando 1 – Tigre 1 (43 minutos), Estudiantes 0 – El Porvenir 0 (75 minutos, Estudiantes perdió los puntos), Racing 3 – Almagro 1 (56 minutos), Tigre 1 – Lanús 0 (54 minutos, Tigre perdió los puntos), Defensores de Belgrano 1 – Barracas Central 1 (70 minutos, Defensores perdió los puntos), Independiente 3 – Argentinos 1 (75 minutos, Argentinos perdió los puntos), Argentino de Quilmes 3 – Independiente 1 (78 minutos), Argentino de Banfield 2 – Barracas Central 1 (75 minutos) y Quilmes 0 – San Lorenzo 5 (78 minutos). ¿Algo más para agregar? Sí, varias de estas incidencias no pueden ser consideradas con la rigurosidad deseada, puesto que hay discrepancias en los registros.

AUTOR: Carlos Balboa

Socio 12.236. Socio Refundador 2.045. Miembro de DBV. Periodista.

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