HABÍA UNA VEZ

FUTBOL PROFESIONAL

La vida del hincha de San Lorenzo nunca estuvo plagada de festejos. Nunca hubo una década ni lustro dorado en el que el club haya peleado por el control del fútbol de acá. Sin embargo, quienes mamamos estos sentimientos siempre tuvimos cierto lugar para aspiraciones más o menos importantes o para, al menos, gozar de pequeñas delicias que guardamos en el arcón de nuestros recuerdos.

Parece lejano, pero incluso después de la copa de Bauza, hubo un tiempo en el que el fútbol de San Lorenzo fue la gracia que nos hizo reír y festejar. Las cuatro pepas a Boca en Córdoba, un gol de Matos en el último minuto en la Bombonera, algún ratito de fútbol total contra Godoy Cruz en Lanús por la Copa Argentina, las patriadas de Barrios contra la Católica y Flamengo, el gol de Gaich en el Monumental, o incluso más llegando al presente, alguna exhibición de los amados -por propios- y odiados -por extraños- hermanos paraguayos. Hay tantas partes tan lindas en nuestra historia (más allá de los títulos), pero el mundo sigue girando y en este San Lorenzo sin amor no quedan rastros de aquellas noches -y tardes-. Todos esos momentos hoy son penas de bar y no tienen otro lugar más que la sepultura que nuestra memoria les dio.

¿Hay algo más que resignación en el hincha que espera por un nuevo partido de este equipo? Los manejos de este club nos han quitado hasta la ingenua ilusión de esperar que nuestro humor mejore gracias a San Lorenzo. De todo el amor mencionado hasta recién, sólo nos queda un absurdo cúmulo de contratos dolarizados, nos fundieron hipotecando hasta el último juvenil y lo único que hace este bendito club es (no) garpar cheques, cheques, cheques.

Sobre el partido

Montero odia la pelota. No la tiene, no la quiere y la rechaza. Como hizo toda su carrera. Y no está necesariamente mal. A mí no me gusta, pero lo respeto. El tema es la ubicación. Y para mí está desubicado, porque enfrente no tenías al Barcelona de Guardiola, sino a este devaluadísimo Racing de Úbeda, cuyo mayor logro fue llegar sin que nadie se dé cuenta a las juveniles de AFA, de las que lo rajaron por burro. El equipo enfrentado llevaba más de tres partidos sin hacer un gol. Entonces, entregar la pelota sabiéndote inferior y basar tu sistema en anular al del rival siendo local, me parece muy poco, me parece desubicado.

San Lorenzo usó nuevamente una línea de 5 defensores, de los cuales 4 son laterales (¿tan mal están Flores y Gattoni?). Lo llamativo es que Donatti no sobraba detrás, sino que se mantenía en línea con Peruzzi y Pittón. ¿Falta trabajo o es lo deseado?

Ortigoza ya no puede más. Marra pases de dos metros y camina aún en el primer tiempo. Juzgar a sus compañeros en la mitad de la cancha es injusto, puesto que siempre tienen que correr por ellos mismos y por él. No debe seguir siendo titular. ¿Por qué no juega en su lugar Sabella? ¿Qué pasa con Julián Palacios?

Sobre lo positivo: Una posible solución al Ortigoza-gate es quitarle toda responsabilidad defensiva posible y ponerlo de 10 libre, con Sabella por detrás en su lugar. Bien, pero Montero apuesta a (y confía en) la pegada del juvenil de dorsal 40. Y este le viene pagando. Sí, siempre gracias a errores del contrario, pero sucede y eso es destacable. Por otro lado, San Lorenzo volvió a pegar primero y sacudió un arco que venía de 5 partidos completos sin caer.

Otros dos aspectos negativos a destacar: en primer lugar, a San Lorenzo le empatan por cuarta vez en el campeonato. Nunca pudo mantener la victoria con un solo gol. Falta de solidez. Además, un nuevo gol de afuera del área tras un rebote. Una vez es mala suerte, dos es negligencia.

Una conclusión

Se entiende el mensaje dirigencial. El presupuesto no da para buscar ser campeón, ok. Ahora bien, desde mi humilde punto de vista se podría trabajar en algo más que en defenderse en propio campo y esperar el error del rival o un tiro de Sabella. Personalmente siento que el calvo entrenador de San Lorenzo será heraldo de buenas noticias sólo el día que deje de quedarse un rato más.

AUTOR: Matias Buscalia

Colaborador en DBV. Socio de San Lorenzo nro. 27.982. Periodista. Productor.

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