VOS SOS DE LA “B” (PARTE II DE III)

HISTORIA

A vos que te decís “heptacampeón”, ¿cómo te suena “octadescendido”? Musicalmente hablando, el hit del momento está compuesto por estrellas del ayer. Pero si hay “Grandes Éxitos”, también debe haber “Lados B”. Con esa certeza, proseguimos el repaso de una historia en minúsculas que a muchos no les conviene contar completa.

En tiempos de un revisionismo futbolero desprovisto de todo rigor, quienes se cuelgan sus añejas medallas de chapa como si fueran de oro y contabilizan como grandes logros campeonatos definidos por cantidad de córners a favor deben admitir, también, sus largas estadías en el ascenso. Según su propia lógica, San Lorenzo es el club que menos jugó en la “B”.

Reorganizado como institución en 1913, luego de dos años de disolución provisoria hasta que sus jóvenes integrantes tuvieran una mayor edad, San Lorenzo de Almagro se afilió a la Asociación Argentina de Football bastante tarde, en 1914. Cuenta la leyenda que, para cubrir los 120 pesos moneda nacional que implicaba dicho trámite, Federico Monti tuvo que hacer uso de sus ahorros personales.

A diferencia de otros clubes, al Ciclón le bastó esa única temporada en el ascenso para conseguir el arribo a Primera, que concretó el 1 de enero de 1915, al superar 3-0 a Honor y Patria en cancha de Ferro. Desde entonces se mantuvo en la categoría de elite hasta el fatídico descenso de 1981, frente al Argentinos Juniors de Suárez Mason.

Mucho se ha escrito sobre la epopeya azulgrana del ‘82, ese maremágnum popular que iluminó la noche más oscura del país, cuando un solo club, en Primera ‘B’, recaudaba más que todos los de la ‘A’ juntos. Limitemos la reseña, entonces, a un torneo ganado de punta a punta por San Lorenzo, con ocho puntos de diferencia sobre su más inmediato perseguidor (en una época en la que las victorias sumaban de a dos).

En suma, en el transcurso de la “historia completa”, como le gusta decir a los revisionistas, el CASLA jugó apenas dos temporadas en el ascenso: la de 1914, durante el Amateurismo, y la de 1982, en la Primera ‘B’. En ambas oportunidades ascendió a Primera División ganando en la cancha y como campeón (en el segundo caso, batiendo récords de convocatoria).

Distinta es la historia de Racing Club, que -dos años después de su fundación- se afilió a la Argentine Football Association en 1905. Esa temporada (en la que Alumni salió campeón por quinta vez en Primera y América se quedó con el título en Segunda), el club de nombre inglés pero inspirado en una revista de automovilismo francesa (!!!) disputó el campeonato de Tercera División. Aunque escasean los datos del certamen, se sabe que el mismo fue ganado por Alumni III (es decir, por la tercera de Alumni) y que la escuadra de Avellaneda finalizó escolta en el denominado ‘Grupo B’. Aun así, por motus propio ascendió a Segunda, al decidir anotarse en esa categoría para disputar la siguiente temporada.

Racing, cuya casaca en aquellos tiempos era rosa y celeste, permaneció en dicha división cinco temporadas: no superó la fase de grupos en los torneos de 1906 y 1907, accedió a la final en el campeonato de 1908 (la perdió estrepitosamente 0-7 ante River), llegó a semifinales en 1909 (esta vez su verdugo fue Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires, que lo venció 1-4) y recién ascendió a Primera en 1910 (al derrotar 2-1 en la final a Boca).

Hasta ahí, la historia en sepia. Pero la Academia volvió a “pisar segunda” más de siete décadas después, durante el Profesionalismo, al descender por el sistema de promedios, junto con Nueva Chicago, en 1983. Técnicamente el descenso no se concretó con la célebre caída ante Independiente -a la postre campeón del Metropolitano-, sino con una derrota previa, frente a Racing de Córdoba.  Vale destacar que durante esta nueva travesía por el ascenso, los académicos fueron acompañados en distintos estadios por muchos simpatizantes de River, dada la amistad que ostentaban ambas hinchadas por entonces.

El campeonato de Primera ‘B’ de 1984 quedó en manos de Deportivo Español, que le sacó 16 puntos de ventaja a Racing, condenándolo así a jugar un octogonal por el segundo ascenso. Luego de eliminar a Deportivo Morón y Lanús, los de Avellaneda perdieron en la instancia definitiva ante Gimnasia La Plata (1-3 y 2-4).

En 1985 el conjunto académico tampoco logró campeonar, galardón que quedó en manos de Rosario Central. No obstante, en esta oportunidad Racing sí pudo aprovechar la opción del octogonal, luego de superar a Banfield y a Quilmes, y de imponerse sobre Atlanta en la final (años después, el ex presidente de esa institución, Silvio Dalman, reveló que dicha serie estuvo “arreglada”).

Los tiempos recientes tampoco estuvieron exentos de controversias, con hitos como la quiebra y el gerenciamiento, el salvataje político, el coqueteo con los últimos puestos del promedio, un partido jugado en 2000 sin habilitación judicial y un Tribunal de Disciplina que dos veces evitó quitarle puntos clave, el discutido título de 2001 y la Promoción contra Belgrano en 2008, entre otros.

En síntesis, Racing jugó ocho temporadas en el ascenso: 1905 en Tercera; 1906, 1907, 1908, 1909 y 1910 en Segunda, y 1984 y 1985 en Primera ‘B’. Se trata del “grande” con más estadías en la segunda categoría. Y sólo una vez ascendió como campeón (1910).

 

Como sus “primos” de Avellaneda, el Club Atlético Independiente también demoró dos años a partir de su creación en afiliarse a la Argentine Football Association. Lo hizo en 1907, cuando inscribió un equipo en Segunda y otro en Tercera División. Y no fue un inicio precisamente glorioso: su equipo más competitivo, el de Segunda, finalizó la temporada en el último puesto, mientras que al de Tercera no le fue mejor: sufrió una de las mayores goleadas de las que haya registro 1-21 ante Atlanta (no es error de tipeo). Dicho sea de paso, con su afiliación a la primigenia AFA la camiseta del CAI mutó a roja, ya que a los clubes ingresantes se les prohibía defender colores usados por otros equipos, por lo que debió abandonar la casaca blanca con vivos azules que venía luciendo (y que era similar a la de Quilmes).

En 1908 Independiente presentó tres equipos, dos de los cuales tuvieron un desempeño bastante más decoroso que el año anterior: uno llegó a la final del Campeonato de Tercera (fue derrotado 0-3 ante Banfield), mientras que el otro accedió a la final de la Copa de Competencia en dicha categoría (cayó por 0-3, en este caso frente a Ferro). Poco se sabe de lo acontecido en 1909, salvo que una de las escuadras del Rojo ganó la denominada Copa Bullrich de Segunda División (desde entonces, cada 8 de septiembre el club celebra ‘El Día del Futbolista’). En 1910, en tanto, el CAI se quedó con la Copa de Competencia ‘La Prensa’ de Segunda División. Perfectamente podríamos hablar, si fuéramos un tanto maliciosos, de un incipiente “Rey de Copas de la ‘B’” (pero no lo vamos a hacer).

En 1911 el Rojo estuvo a punto de dar el salto a la máxima categoría, pero cayó en su propia cancha 0-3 en la final de la denominada ‘División Intermedia Extra’ ante Estudiantes de La Plata. El dato curioso es que Alumni, que tenía la decisión tomada de disolver su equipo, igualmente resolvió inscribirse en el siguiente torneo de Primera (al que no se presentaría), lo que impidió que Independiente aprovechara el cupo vacante y ascendiera “por escritorio”. De todos modos, eso no tardaría mucho en suceder.

Así llegamos a la escisión de 1912, cuando la creación de la Federación Argentina de Football implicó la existencia, por primera vez en la historia, de dos organismos organizadores paralelos. Al aceptar la invitación para formar parte de la nueva entidad (no reconocida entonces por la FIFA), bien podría decirse que Independiente se ‘auto-ascendió’ a Primera (cual empresario Daniel Vila auto-declarándose presidente de una AFA paralela). A punto estuvo de ser campeón ese mismo año, ya que empató 1-1 la primera final frente a Porteño e igualaba el desempate hasta que parte de sus jugadores abandonaron el terreno de juego a modo de protesta por un gol no convalidado. El match suspendido fue reprogramado, pero el CAI nunca se presentó al mismo, por lo que el título le fue conferido a su rival.

Unificación de federaciones al margen, años después llegó el fin del Amateurismo y el comienzo del fútbol tal como lo conocemos. Durante largas décadas el Rojo se ufanó de haber transitado el Profesionalismo en Primera, aunque el chiste empezó a perder gracia desde el cambio de siglo. Endeudado y con un promedio en baja, el club se quedó con un polémico Apertura 2002, galardón cuya legitimidad fue puesta en duda en declaraciones públicas por el expresidente Andrés Ducatenzeiler.

Once años más tarde, no hubo salvavidas que valga: Angelito Correa los devolvió al inframundo de las divisiones menores. Derrotado 0-1 en su propio estadio por San Lorenzo, el CAI descendió en junio de 2013 a la Primera ‘B’ Nacional, donde no gozaría justamente de una estadía placentera. Relegado por Banfield y Defensa y Justicia, dependió de un desempate por el tercer puesto ante Huracán, al que superó 2-0 para recuperar su lugar en la máxima categoría. Por las dudas, el expresidente de AFA Julio Grondona ya había previsto 10 ascensos y una Primera División con 30 equipos para el semestre siguiente.

En definitiva, Independiente sobrellevó un total de seis temporadas en el ascenso: las de 1907, 1908, 1909, 1910 y 1911, durante el Amateurismo, y la de 2013-2014, en la Era Profesional. Su arribo a Primera en 1912 fue por unirse a una federación disidente, mientras que en 2014 se benefició con la ampliación a tres del cupo de ascensos desde la Primera ‘B’ Nacional.

AUTOR: Carlos Balboa

Socio 12.236. Socio Refundador 2.045. Miembro de DBV. Periodista.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *