VOS SOS DE LA “B” (PARTE III DE III)

HISTORIA

Podríamos cerrar el informe con las 14 temporadas de Huracán en el ascenso (1912, 1913, 1986/87, 1987/88, 1988/89, 1989/90, 2000, 2004, 2005, 2006, 2007, 2012, 2013 y 2014), pero para mantener en alto el tenor narrativo omitiremos el caso de la escuadra nacida en Nueva Pompeya y nos centraremos en los dos grandes que faltaban: Boca Juniors y River Plate.

Tras adoptar ‘Juniors’ como complemento de su nombre para ser aceptado por la anglófila Asociación Argentina de Football, Boca se inscribió en 1908 en el certamen de Segunda División. El club debutó con una temporada aceptable, al acceder a una de las semifinales, donde cayó de manera polémica ante Racing. Por ausencia del árbitro, que era socio y simpatizante del equipo de Avellaneda, el partido se postergó una semana, lo que permitió a los albicelestes recuperar jugadores lesionados. Al llegar la fecha designada, el juez se negó a esperar a dos players de Boca que estaban demorados y los xeneizes debieron disputar con nueve hombres el primer cuarto de hora, lapso en el que Racing marcó el único gol del encuentro. Típico del Amateurismo.

El desempeño de Boca en el torneo de 1909 fue decepcionante: terminó tercero en su sección, sin ninguna chance de ascenso. Al año siguiente, gracias a una reglamentación que impedía que River Plate tuviera dos equipos propios en Primera, tomó el lugar del River II en la final versus Racing. Parecía la oportunidad ideal para vengarse de su anterior verdugo, pero los de la Ribera volvieron a fracasar (esta vez, 1-2). En 1911, aunque la Segunda División pasó a ser Intermedia Extra, Boca no dejó de ser Boquita. De hecho, recién evitó el descenso en la última fecha, al golear 6-1 a Comercio. Según las crónicas deportivas de esos tiempos, más que por su juego los xeneizes se caracterizaban por los reclamos y las protestas que elevaban ante las autoridades cada vez que perdían.

Con su nueva cancha de la Costanera Sur, Boca mejoró su rendimiento durante 1912. En el marco de un torneo completamente irregular (al producirse un cisma en la Asociación, varios clubes crearon la Federación Argentina, por lo que se anularon todos los partidos disputados por esos elencos), el team boquense sólo fue superado en la tabla de posiciones por Ferro y Platense. El sueño de arribar a la elite del fútbol local se veía nuevamente postergado en el verde césped, pero la falta de equipos para completar la nómina de Primera hizo que el 10 de febrero de 1913 una asamblea extraordinaria de la Asociación Argentina de Football decretara el ascenso ‘de facto’ de Boca (junto con Platense, Comercio, Estudiantil Porteño, Ferrocarril Sud, Olivos, Riachuelo y Banfield, que saltó dos categorías), además de la anulación de descensos desde la divisional superior. ¿A que no saben qué otro club se benefició con dicha resolución? La respuesta, más abajo.

Podría pensarse que la caducidad del Amateurismo significó el final de la ‘historia negra’ boquense, ya que el club no volvió a pisar la ‘B’. Pero durante la Era Profesional escribió otro capítulo sumamente interesante que vale la pena reseñar: el de 1949. A priori todo indicaba que ese año Boca pelearía el título, ya que había contratado a varias figuras provenientes de distintos puntos del país. Sin embargo, los malos resultados se sucedieron fecha tras fecha y al finalizar la primera rueda el equipo marchaba último (a cuatro unidades de Tigre y Lanús, y a cinco de Huracán), con un total de tres triunfos, tres empates y 11 caídas. En rescate del popular CABJ, la AFA tomó la inédita determinación de abrir el libro de pases en mitad de la competencia, y gracias a ello los xeneizes pudieron contratar seis nuevos refuerzos (entre ellos, al velezano Juan José Ferraro, goleador del campeonato). Pero ni siquiera así Boca despegaba del fondo (estuvo último durante 31 jornadas), al tiempo que Huracán se complicaba más y más. Hermanadas en la desgracia, ambas instituciones postularon la cancelación de descensos por la presente temporada (y, ya que estaban, por las dos siguientes). Nunca se sabrá si la propuesta hubiera prosperado o no (aunque algunos medios daban por descontado que sí), ya que Boca zafó en la última fecha, al golear 5-1 a Lanús, en un match cargado de sospechas. Así, los granates debieron disputar ante Huracán el desempate más controvertido de la historia y la AFA pudo respirar aliviada.

A modo de resumen, Boca Juniors jugó cinco temporadas en el ascenso: 1908, 1909, 1910, 1911 y 1912. Ascendió a Primera favorecido por una reestructuración. Y aunque pueda jactarse de ser el único grande que no pasó por el ascenso durante el Profesionalismo, probablemente hubiera sido el primero en hacerlo, en el ‘49, de no ser por el salvataje de la AFA.

 

River Plate debutó en la Tercera División de la Argentine Football Association en 1905, y sus inicios quedaron “lejos” de ser los de “el más grande”. Con sólo dos victorias, una igualdad y ni más ni menos que nueve derrotas, se colocó séptimo en una zona integrada por ocho escuadras. La calamitosa campaña no impidió que la institución que por entonces hacía de local en la Dársena Sur optara por anotarse en la Segunda División al año siguiente, en otro caso de “ascenso por mano propia”. Esa participación de 1906 no fue mucho mejor que la anterior: River perdió consecutivamente los siete primeros partidos y recién cortó la racha contra Barracas Athletic II, en el que fue su único triunfo en cancha (consiguió otros tres por la no presentación de sus rivales). Terminó sexto de siete, sin chances de clasificar a las rondas decisivas.

El fútbol argentino debió esperar hasta 1907 para atestiguar una temporada riverplatense decorosa. Recién mudado a Sarandí, ese año el club llegó a disputar la final por el primer ascenso a Primera de la historia (hasta entonces los cupos para acceder a dicha categoría estaban cerrados). Pero el privilegio quedó en manos de Nacional de Floresta, un equipo de empleados de la tradicional tienda Gath y Chaves, que lo venció 1-0 en Ferro Carril Oeste.

En 1908, con la base de ese plantel más la llegada en el transcurso del torneo de varios jugadores de Nacional de Floresta (que, pese a su buen andar en Primera, había sido desafiliado por carecer de un terreno de juego en condiciones reglamentarias), River logró un ascenso signado por todo tipo de incidencias, tras superar en las instancias definitorias a Ferro y Racing, respectivamente. Vale acotar que la final con los de Avellaneda “se jugó dos veces”: el primer match fue anulado por invasión de cancha en los festejos riverplatenses del 1-0 parcial, mientras que en el segundo la victoria fue de un contundente 7-0 (con la complicidad, cuentan las malas lenguas, del arquero racinguista, quien tras una mala labor en la primera etapa directamente no salió a jugar el segundo tiempo).

Durante los años siguientes, el desempeño del CARP en la elite del fútbol argentino fue irregular: subcampeón de Alumni en 1909, séptimo de nueve clubes en 1910 y en mitad de tabla en 1911. Con la desafiliación de Alumni y el paso a otra federación de Estudiantes de La Plata, Porteño y GEBA, el campeonato de 1912 fue más anómalo que de costumbre (lo cual ya es mucho decir). Sólo seis de los 10 participantes concluyeron la competencia y la particularidad destacable es que el team de la banda roja ocupó el último puesto, con apenas tres triunfos, un empate y seis caídas (y una diferencia de goles de -15). Pero la reestructuración de la Asociación Argentina de Football que favoreció el ascenso de Boca también evitó el descenso de River. Ayer igual que hoy, los dos “más ganadores” se beneficiaban de la caridad del sistema.

Menos drástica, pero igual de efectiva, fue la ayuda que los “millonarios” recibieron en 1983, con la implementación del sistema de promedios que impidió que descendieran pese a haberse posicionado en el 18º lugar de 19 equipos. Si bien es cierto que la determinación fue previa al inicio del certamen, su motivación esencial post-descenso de San Lorenzo fue salvaguardar a un River en crisis económica y futbolística. No conforme con eso, al año siguiente la AFA extendió de dos a tres la cantidad de temporadas a dividir en los promedios a fin de “licuar” un poco el bajo puntaje de ese club y de paso darle más aire a Boca, que también entraba paulatinamente en zona de riesgo.

El Apertura 2008 (el del fatídico Triangular Pompilio) no fue un torneo más para River, ya que -como en 1912- volvió a finalizar último. En este caso podría pensarse que una vez más los promedios lo mantuvieron con vida, pero en realidad sólo estiraron la agonía. Al cerrar la temporada 2011/2012 con el 17º peor coeficiente (apenas por encima de Gimnasia La Plata y de los descendidos de manera directa Huracán y Quilmes), el club se vio obligado a revalidar su permanencia en una inolvidable Promoción frente a Belgrano de Córdoba. Desarrollado en suelo cordobés, ya con el tanteador 0-2 y altas probabilidades de una diferencia mayor, el primer partido estuvo largos minutos suspendido por la invasión de simpatizantes visitantes, que llegaron a agredir a sus propios jugadores. Sin embargo, no hubo sanción alguna para la institución riverplatense, a la que se le respetó la localía para el cotejo de vuelta. Lo siguiente es bien conocido: el 1-1 condenatorio, la quema de parte del estadio favorito de la Junta Militar, la ira generalizada en los alrededores y un juez amenazado de muerte en el entretiempo que terminó pitando un falso penal (malogrado), entre otros “detalles”. La realidad era demoledora: River se había ido a la ‘B’ en la era del Internet y la High Definition.

Si la convocatoria del “Millo” en el Nacional distó mucho de la “Revolución” que vendieron algunos medios de comunicación, la campaña deportiva tampoco estuvo a la altura de “el más grande lejos”. Si bien lideró la tabla de posiciones durante el primer tramo del certamen, en las jornadas finales su chance de ascenso directo parecía estar en serios aprietos. La inquietud era tal que por entonces comenzó a circular en la AFA un proyecto para conformar una Primera División “para todos y todas” de 38 equipos. Sin embargo, la victoria 2-0 ante Almirante Brown y los pasos en falso de Instituto y Rosario Central en la última fecha, le permitieron retornar a la “A” junto con Quilmes.

En definitiva, River Plate disputó cinco temporadas en el ascenso: las de 1905, 1906, 1907 y 1908, durante el Amateurismo, y -fresca en la retina de todos- la de 2011/2012, en el Profesionalismo. Pudo haber estado más años en las categorías inferiores, pero se benefició con la anulación de los descensos en 1912 y con la instrumentación del sistema de promedios en 1983 y su modificación en 1984.

Sin criterio ni rigurosidad ni contextualización, el revisionismo es aún peor que el olvido o la ignorancia. Estoy convencido de que cuanto más se estudien y analicen los torneos de nuestro fútbol durante el período Amateur o las competiciones no regulares del Profesionalismo, más expuesto quedará el ridículo de oficializar esos títulos y equipararlos con los actuales.

No obstante, quien contabilice los distintos lauros que las distintas instituciones consiguieron por entonces, también está obligado a reconocer los años que acumularon en las categorías inferiores (Tercera y Segunda División, Primera ‘B’ y Nacional ‘B’, según el caso y la época). Y es en ese sentido que el hincha de San Lorenzo, más que el de ningún otro club argentino, está avalado para enrostrarle una sentencia lapidaria a los demás: “Vos sos de la ‘B’”.

AUTOR: Carlos Balboa

Socio 12.236. Socio Refundador 2.045. Miembro de DBV. Periodista.

2 comentarios sobre «VOS SOS DE LA “B” (PARTE III DE III)»

  1. Gracias Carlos. No había leído tu nota antes, es esclarecedora respecto a el objetivo de tu trabajo, como lo explica el último párrafo: otorgar herramientas a los hinchas del Santo para chicanear a los hinchas rivales.
    Nada muy distinto a los esfuerzos de las demás páginas partidarias, vengan de donde vengan.
    Aunque haya que distorsionar o silenciar partes de la historia.
    Sin embargo tú omisión respecto a 1982 tiene el atenuante de que entonces tú club estaba ocupado en jugar el torneo de la B, lo que puede distraerte sobre las decisiones que se toman respecto a Primera División. Yendo al punto: deberías saber que los promedios para determinar descensos no se reinstauraron en 1983 para salvar a River, sino a principios de 1982, previo al inicio de esa temporada, con la AFA aún conmocionada por el descenso de San Lorenzo de Almagro. La idea de que ningún otro grande pasara por ese trance es sin duda la inspiradora de reimplantar el sistema usado antes entre 1956 y 1963. Entonces se decidió que el promedio quedara determinado por la división del número de puntos obtenidos por el número de campeonatos ( sin contar el Nacional) jugados por cada club en las últimas 3 temporadas. El sistema se aplicaría de forma gradual: en 1982 se consideraria solo esa temporada, en 1983 esa y la anterior y recién a partir de 1984 las tres últimas. Ello resultaba razonable, pues aplicar la regla de las 3 temporadas desde el inicio implicaría hacerlo ya conociendo los puntajes de las dos previas, obligando a los de peor puntaje a enfrentar una situación complicada con un reglamento que no existía al momento en que sumaron esos malos puntajes. Es decir que en 1982 ya había promedios aunque en la práctica no se notara, y era imprevisible que ello pudiera servir a River que venía de clasificar cuarto la anterior temporada. Tampoco es cierto entonces que para 1984 se hubiera estirado a 3 campeonatos la regla del promedio. Esto estaba ya previsto desde la reinstauración de 1982.
    Finalmente un detalle: ni yo, ni vos ni nadie que no sean AFA y sus antecesoras oficializan títulos. Son oficiales por la decisión tomada oportunamente por los entes rectores del fútbol argentino. Vos tenés todo el derecho a pensar y decir que los torneos del Amateurismo son ridículos. Lo que sin duda es ridículo es decir que no fueron oficiales.

    1. Hola, Raúl, 3 puntos sobre lo que decís. 1) no te focalices en las chicanas, son simplemente para darle color al texto; 2) nunca hablé de «no oficialidad» de títulos; y 3) gracias por tu comentario sobre la instalación de los promedios (no se contradice necesariamente con lo expresado en la nota).

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