VOS SOS DE LA “B” (PARTE I DE III)

HISTORIA

Vos decime cuántas estrellas te contás y yo te digo qué me podés cantar (porque si me vas a hablar de “la historia completa”, que sea completa en serio). Y sí, es impiadoso rol el de refutador de chicanas futboleras, sobre todo porque la chicana es parte esencial de nuestro fútbol. Pero justamente es nuestro fútbol el que no me deja otra opción…

Tras los recientes descensos de River en 2011 e Independiente en 2013, los hinchas de Boca creen ser los únicos autorizados a enarbolar la futbolera chicana del “suben y bajan”, la del “vos sos de la B”. Pero el revisionismo que últimamente fogonean los propios xeneizes (entre otros) para bordarse estrellas amateur les patea en contra en esta cuestión. ¿Y si te digo que nadie está más legitimado que los sanlorencistas por “la historia completa”, como dicen ellos, para enrostrarle esta chicana a los demás?

Esta columna ya abordó una pregunta que más de uno nos trasladó, desde la tribuna de enfrente, acaso para no tener que respondérsela él mismo: “¿de qué barrio sos?”. Tiempo después, más precisamente el 13 de agosto de 2014, quedó por siempre caduca otra ‘gastada’ hasta entonces recurrente: “¡ganá la Copa, LPQTP!”. Y aunque quizás haya que recordarles, a quienes ahora hablan de “ser campeón mundial”, que técnicamente todavía ningún club argentino lo es, prefiero ir a la caza de otro mito, prefiero volver a los ochenta, época de enorme penuria institucional y enormísima mística en las gradas, mi infancia azulgrana, cuando una liguilla pre-Libertadores significaba una vuelta olímpica y todavía estaba fresco el descenso del ’81 (ese que los demás nos evocaban con sorna y del que erigimos con orgullo la inigualable gesta del ’82). La época en la que a San Lorenzo se le cantaba: “el que no salta se fue a la B”, sí.

Porque retrotraerme a esos años invita a repensar la relación del CASLA y de los demás clubes argentinos con las categorías de ascenso, en especial hoy que muchos desempolvan sus rancios lauros del Amateurismo, obnubilados por los brillos de un pasado romántico que debería remitir exclusivamente a gloria y a grandeza… pero no. Porque el pasado también puede remitir a derrota y a pequeñez.

Al oficializar un Amateurismo sin distinciones o Copas Nacionales extintas y de irrisorio desarrollo se abre una Caja de Pandora que no sólo enloda a los supuestamente más impolutos, sino que también posiciona a San Lorenzo como el equipo grande con menos temporadas en el ascenso de la Argentina.

Que se entienda bien: no estoy legitimando un revisionismo mal aplicado que, a conveniencia del revisionista de turno, homologa cualquier competición del pasado con las vigentes. Todo lo contrario, esa reivindicación ciega me parece un disparate (y en más de un caso, me da vergüenza ajena). Lo que estoy diciendo es que quien se añade estrellas al escudo por las ‘Copas Doctor Ibarguren’ alzadas en “blanco y negro” debe estar dispuesto a aceptar la mancha negra de haber padecido largas temporadas en el ascenso del Amateurismo. (“Esa mancha no se borra nunca más”)

Resulta extremadamente difícil buscar precisión en una Era, la Amateur, signada por la desorganización absoluta y la falta de registros. De hecho, es probable que sea inexacto algún dato de este relevamiento superficial, que no tiene otra pretensión que la de ofrecer un primer acercamiento al tema para que luego otros puedan ahondar en él. Sucede que hablar de dicho período de nuestro fútbol equivale a aceptar el reinado del asterisco: desde numerosos partidos que finalizaban con uno de los equipos abandonando la cancha antes del tiempo reglamentario por “disconformidad con el arbitraje” hasta reestructuraciones ‘express’ que implicaban ascensos o descensos de categoría a mansalva, todo ello sazonado con falta de rigor, contradicciones y vacíos de documentación. No obstante, en las próximas dos entregas intentaré reseñar -en líneas generales- cuántas temporadas en las divisiones menores disputó cada uno de los “cinco grandes” en el transcurso de la historia.

Y aunque te haya anticipado la conclusión principal, aunque ya sepas que bajo esta lógica San Lorenzo puede mirar a todos desde arriba, y con mucho margen de superioridad, te aseguro que los pormenores te van a sorprender…

AUTOR: Carlos Balboa

Socio 12.236. Socio Refundador 2.045. Miembro de DBV. Periodista.

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