MM está desordenado. No dió la talla, ni la va a dar. La escena dantesca del penal en Mendoza cristaliza la falta de conducción, la subestimación del presente deportivo, la primacía del «show» por sobre lo necesario y urgente….el traslado al césped del desatino político dirigencial. La sobreestimación de lo simbólico por sobre lo concreto.
Las travesuras para ganar una elección no tienen correlato con la capacidad de gestión. MM caricaturizó la auditoria, corrió a Ortigoza, a Insua, al Pipi, a su Secretario Pablo García Lago e incluso a Julio Lopardo…todo espasmódico, sin seriedad y pendiente del efecto mediático.
Las travesuras electorales, que cotizan como picardías, en la gestión no se celebran. Por el contrario, se penalizan.
Lo que se inició con la transferencia con el Presidente de Independiente Rivadavia de Mendoza terminó en AFA con un torneo ideado por él y con MM en el rincón de la penitencia del Pte. de AFA.
Sin sutilezas blanqueó a Tamer (vice por vice, porque el propio enseguida la vió venir), exponiendo un tendal de gente bien intencionada y develando tempranamente que las elecciones en #SanLorenzo son una excusa para saciar voracidades personales.
Nada de eso es gratis. Al hombre le picaron el boleto en AFA, entre los pares dirigenciales, en la interna de los PRO SAD libertarios, al interior del plantel e inclusive sacan número para saber quién será el próximo «propio» a descartar.
La situación es crítica desde lo económico, lo financiero (no hay más «liquido») y lo deportivo. Difícilmente sea MM quien pueda conducir estos desafíos: no dió muestras ni en términos de gestión ni inspira respeto personal entre quienes interactúan en su día a día.
Que San Lorenzo no vuelva a ser el juguete de un niño tardío de cuna pudiente.