EL CLUB Y SU POLÍTICA COMUNICACIONAL

“Llegará el día en que será preciso desenvainar una espada por afirmar que el pasto es verde.”

Resulta absolutamente verosímil que la biblioteca de nuestro Padre Lorenzo haya contado con la excelsa presencia de la literatura de G.K. Chesterton.

De lo que no estamos tan seguros es de que haya sospechado que la fertilidad analítica del británico tenga plena aplicabilidad más de un siglo después para echar algo de luz al presente de #SanLorenzo.

En múltiples dimensiones de la vida institucional, nos topamos con el compromiso de desenvainar la espada para afirmar que el césped es verde.

Presenciamos, día a día (en rigor, con preexistencia a la gestión de Marcelo Moretti), la perseverante y continua descapitalización de nuestra Institución.

En estas líneas nos interesaremos por una acepción de descapitalización que no hace foco en su significado económico y financiero: su contundencia habla por sí misma y le hemos dedicado años de análisis y opinión (y le dedicaremos los que sean necesarios). En este caso iremos por la acepción que incluye el prestigio, la imagen pública y esta estúpida actualidad de ser depositarios de múltiples zamarreos a nuestra grandeza, a nuestro pasado y a la carencia de rigor histórico que justifica estas avanzadas, así como también nuestras muy pobres defensas. #SanLorenzo esta descapitalizado en imagen y en respeto.

¿San Lorenzo debe contemplar pasivamente la arrogancía del petulante @JPVarsky? En ese límite definido por aquella tensión entre “el que calla otorga” y “saltaron porque tienen el culo sucio” …. ¿cómo se llega a que sea tema institucional la pirotecnia estudiantil de algún jugador de otro equipo, el consecuente apalancamiento de algún medio y la pobre respuesta de algún jugador nuestro acerca de la grandeza de #SanLorenzo? ¿son efectivas las políticas institucionales en torno a preformatear rivalidades contra natura? Hace muchísimos años develamos y expusimos el caso de otro club que decidió “rivalizar” con nuestro Club ante la debacle de nuestros vecinos. Ejecutaron con buena precisión aquella máxima de que “la silla vacía la ocupa el diablo” aunque siempre la realidad, aún dejando esquirlas, se termina por imponer.

No tenemos gobierno acerca de lo que hacen los demás, pero sí podemos incidir acerca de lo que hacemos nosotros.

#SanLorenzo no tiene Política Comunicacional, tiene acercamiento a los medios; lo cual no sólo no es lo mismo, sino que además confunde el plano institucional con el personal.

Una Política Comunicacional, en tanto Política de “estado” requiere dar respuestas integrales, coherentes, sostenidas en el tiempo, vertebradas en torno a la verdad histórica y con portavoces válidos, legítimos. Carecemos de casi todo esto.

Una de las dificultades principales con la que nos topamos es el propio perfil del Presidente. Moretti, al igual que @MatiasLammens, son arquetipos del dirigente “hay que llegar, como sea pero hay que llegar”… sin empacho y siempre como una experiencia política más individual que de conjunto, fue (¿es?) coequiper de Tinelli, miembro del gobierno de Lammens, aliado de Miele -a la par de defensor ex post del 30/11- promotor de “auditoria a la carta” contra la propia CD que integró y todo un derrotero de líder posmo, liquido, de definiciones temporales y de medio centímetro de profundidad; muy lejos de Políticas de estado/Institucionales.

Las elecciones se ganan con votos, los sacó y hay que rendirse a las aritméticas. Eso no lo discutimos. Inclusive, si por otros caminos va por sobre los mismos objetivos y personajes causales del desmadre financiero institucional, lo aplaudiremos.

Lo cierto es que este destrato a la Institución en los medios de comunicación requieren una Política Institucional que solamente administrando la verdad histórica de modo sostenido y coherente (como política, no como acciones espasmódicas) resuelva el tironeo respecto a la grandeza (donde hay que ir por los de Avellaneda, no por sobre los caídos del catre).

Nosotros, desde DBV, nunca adherimos a la historia sepia, de museo, de ombliguismo, ni de catarata de efemérides en tanto otorgan centralidad edípica al orador por sobre el evento. Creemos en el tratamiento de la Historia, riguroso, con evidencias documentales y de utilidad práctica para el presente y el futuro del Club.

Los mismos teléfonos que se hacen sonar para mitigar la crítica o endulzar lo ingrato siempre en un registro personal, deben empezar a ejercitarse para establecer una Política Comunicacional de fuste y acorde a la grandeza de San Lorenzo.

Nadie previo jamás que debíamos desenvainar la espada…llegó el día. #SanLorenzo es grande, de verdad. No lo decimos nosotros, lo dice la Historia.

Opinión

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