Hay algo que está sonando
Seguro que ya lo oías
El fútbol está vibrando
Con distinta melodía
La licencia poética tomada para modificar ligeramente la letra de Civilización de Los Piojos – si, la misma que La Gloriosa inmortalizó con su “Oh Oh Oh Oh Cuervo te queremos ver campeón” – no es casual ni inocente. Como tampoco lo es tener que reabrir una discusión sobre la que ya se habían zanjado diferencias y sentado posiciones bien claras. Al menos así lo hizo San Lorenzo en Noviembre de 2000 en aquel hito, cuya fecha luego sería elegida para celebrar el día del hincha: el 30/11 se impidió el gerenciamiento del club a manos de ISL.
Tampoco son inocentes ni casuales (la repetición es deliberada, hay que decirlo) los actores. El fútbol no es ajeno a la política, sería de necios negarlo. Y desde bastante antes de las últimas elecciones presidenciales, @mauriciomacri le declaró la guerra a @tapiachiqui primero y, en alianza con @JMilei, a los clubes como asociaciones civiles después.
Más temprano que tarde este debate iba a revivir. Un poco porque las sociedades anónimas deportivas gozan de buena prensa (clubes de Premier, Serie A y La Liga, los brasileños y su casi inaguantable hegemonía en Conmebol hace ya varios años, etc.) y otro poco porque el fútbol despierta muchos intereses. En especial la enorme caja que maneja. Solo hacía falta un terreno fértil donde sembrar y un buen casero que cuidara la quintita. Y el resto sucedía solo, de manera casi orgánica. Las nuevas generaciones crecieron jugando a la PlayStation y mirando canales de YouTube donde abunda la pasión impostada y se puede llegar a acudir a los más bajos niveles de indignidad personal y ofensa al club que se dice amar por un puñado de likes y algún ticket de protocolo. Lejos queda la gesta de aquel 30/11 y el entender el rol de un club en el entramado social, económico y cultural de un país.
En esa pampa húmeda para los señores del lucro de todo lo que dé sombra, aparece la figura del casero obediente: @danielscioli. Aquel que en el año 2000, cuando era diputado y Presidente de la Comisión de Deportes de la Cámara, rompiera una lanza en favor de las asociaciones civiles y que hoy, como Secretario de Deportes, es el portavoz de las bondades del modelo de Sociedades Anónimas Deportivas.
La situación es compleja. En especial en #SanLorenzo, que atraviesa una crisis institucional y financiera sin precedentes. No hay forma de quitarle el cuerpo al debate. Entonces ante esta cuestión uno debería plantearse qué tipo de club quiere ser. El tablero está dispuesto y las piezas están claras ¿lo están? Pero no todo el mundo parece percibirlo. Se ve a las claras que como Mauricio Macri no pudo en Boca, los dos clubes que pueden tomarse como punta de lanza son, a todas luces, #SanLorenzo e Independiente. Clubes más chicos no generarían tanto impacto y River se encuentra atravesando su propio proceso de privatización y/o gerenciamiento, pero por otros medios. El andar irregular y casi intrascendente debido a un modelo agotado como el “alguien la pone” (mutuos) y la constante improvisación potenciada por la inestabilidad económica del país dejan a ambos clubes como una gran oportunidad para el ensayo.
Es importante darse cuenta de que acá somos peones. Y que ser SAD no garantiza éxito deportivo ni mucho menos. Sobran los ejemplos de clubes como Inter que debieron rematar jugadores titulares para no declarar la banca rota, o como Girona que por ser del City Group, si clasificara a Champions no podría jugarla si también lo hace el equipo inglés. Lo cierto es que estamos siendo empujados a un punto de no retorno donde convertirse en Sociedad Anónima Deportiva parecería ser la única salvación. Lo peor de todo es que no es un plan, no hay estrategia. No, es el fin que persigue la actual dirigencia en asociación con la anterior, pero al que llegará como mero resultado de su incapacidad. Una combinación fatal que está precipitando el desenlace. Entonces otra vez la pregunta ¿qué club queremos ser? ¿qué pasó con aquello de no vender la pasión? ¿queremos prestarnos a ser el conejillo de indias de alguien totalmente ajeno al sentir azulgrana? Desde DBV, nuestra postura al respecto es clara e histórica: Estuvimos, estamos y estaremos siempre del mismo lado.
Scioli no estaría siendo la mejor carta que se pueda jugar en este contexto para hacernos mirar con buenos ojos a las SAD ¿Qué cambió entre su versión de 2000 y la de 2024? Parece que el Pichichi no acepta su obsolescencia y, en lugar de retirarse, firma para equipos de menor categoría que, ante un veranito que lo posiciona como vanguardia, si le tocara convertir a su ex club lo gritaría como el gol más importante de su carrera. Hay tufo a mal final.
Muchos de los que defendimos al club en 2000 ya peinamos canas y la capacidad de sorpresa se va perdiendo con los años, por lo que nada de esto nos toma desprevenidos, pero algo queda claro: Si el centro lo tira Verón y el gol lo hace Scioli para el equipo de Macri ¿a quién le sirve ese resultado? Como diría el hijo de Franco a quién el actual secretario de deportes enfrentó en las elecciones presidenciales de 2015: ¿En qué te han convertido Daniel? Y mucho más importante ¿En qué querés convertir a San Lorenzo y por qué?
30Guardia alta ante los Morettis y los Sciolis. La batalla que toca dar en este momento, de nuevo, es esta. SAD but True.