De un tiempo (demasiado largo, por cierto) a esta parte, los cuervos nos hemos acostumbrado (lo que no quiere decir que estemos resignados) a ver cómo ante cada viento de frente que recibe el gobierno de turno, surja la Vuelta a Boedo como un elemento distractorio para la masa azulgrana. Históricamente desde DBV hemos postulado que la Vuelta debe ser cuestión de Estado; y como tal, debe ser tratada con la seriedad que el tema amerita.
Más allá de lo simbólico, no se entiende el sainete que está montando el oficialismo en torno a la escritura de Av. La Plata (sobre todo si tenemos en cuenta que supuestamente en la reunión de CD del 8/2 de este año se repasó el texto de la misma). Si damos crédito al comunicado emitido en el día de ayer, podríamos decir que (en el mejor de los casos) hubo desidia por parte de la gestión saliente al ¿extraviar? un documento de semejante valor, provocando además que el Club deba hacer una nueva erogación de dinero para subsanar esto. Pero ¿cuál es el sentido de exponer la cuestión de esta forma? Si hay algo más grave sería bueno que lo digan (y que de paso cuenten cuáles son sus planes REALES para la construcción del estadio).
Si querían desviar un rato el foco de por qué esmerilan al mismo DT al que hace escasos meses le firmaron 2 años de contrato, les salió bien. Pero reiteramos que la Vuelta requiere profesionalismo, no puede estar en manos de improvisados ni librada al voluntarismo. Esta movida sólo aporta confusión, le da letra a los enemigos de #SanLorenzo y dilata las verdaderas discusiones que hay que dar en torno al tema.