UNA RECETA PARA PALIAR EL DOLOR
Tal vez era la inocencia propia de la edad (18), no lo sé, pero yo me hice socio de San Lorenzo con el sueldo de mi primer trabajo. Peleábamos el descenso y la suerte parecía echada, pero uno confiaba. Por ahí no salían las cosas, pero confiaba en que se dejaba todo. Confiaba. Los sueldos […]
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