Los días que se han ido florecen cerca del final, es por ello que siempre hay que recordar lo vivido para no olvidar ni a quienes han plantado la semilla de la esperanza ni a quienes nos han robado las ganas de esperar. Nos encontramos cerca del fin de un año con gusto amargo, año en el que hemos presenciado cómo nos han arrebatado las alegrías que alguna vez supimos atesorar. Sin embargo, nuestra memoria y nuestro amor no permitirá que San Lorenzo quede en el olvido. Olvidar es para quienes eligen ignorar nuestro presente, y aunque esa sería la escapatoria más simple, aún nos queda mucho futuro por cantar.
El juego ha terminado pero el sentimiento no arma las valijas, no logra esconderse en ningún rincón de la Argentina. Es ese sentimiento -del que tampoco logramos huir- el que nos obliga a proteger los colores que nos han acompañado a lo largo de nuestra vida.
El juego ha terminado pero la lucha continúa, se alimenta de nuestra ilusión y el deseo de algún día estar mejor. La lucha, fruto de la unión de espaldas cansadas, también sabrá regalarnos otro motivo por el cual llenar nuestras voces de orgullo.
El juego ha terminado pero, antes de que termine el año, es necesario esconder las cartas del silencio y jugar aquellas que invitan a la justicia. Justicia que sólo ha sido proclamada al abrir los ojos y comprender que el club es de todos nosotros.
AUTOR: Agustina Suárez
Colaboradora en DBV. Socia de San Lorenzo nro. 8.211. Socia refundadora nro. 16.920.
