AFUERA DE TODO

INSTITUCIONAL

A sólo tres fechas de que culmine el torneo de Primera División, San Lorenzo se ubica anteúltimo en la tabla de posiciones (sólo por encima de Arsenal, que de ganar nos superaría). Huelga decir que esta campaña ya es una de las peores de la historia azulgrana y que decantará indefectiblemente en una próxima preocupación con respecto a los promedios.

Amén del riesgo concreto de terminar ocupando el humillante último lugar de la tabla como nunca antes en la historia (¡en un certamen de 26 equipos!), el Ciclón -que había arrancado el año en zona de Libertadores- se quedó anticipadamente sin ninguna posibilidad matemática de ingresar a la Copa Sudamericana 2022, con todos los perjuicios deportivos y económicos que ello conlleva.

Para el hincha, que es siempre el que más sufre, lo que se viene serán 12 meses de ver toda competición internacional desde afuera, deseando como mucho que a una decena de clubes argentinos les vaya mal tanto en la Libertadores como en la Sudamericana en pos de no acentuar la frustración propia.

Este escenario de desolación no se explica únicamente por lo que pasa adentro del campo de juego, que ya de por sí es bastante patético, sino que más bien procede de lo que sucede fuera de él. Se deriva de las decisiones institucionales mal tomadas y de los espacios de poder que San Lorenzo ha dejado de ocupar en función del interés personal de sus máximos dirigentes.

Ya hemos reseñado en más de una ocasión cómo el presidente-en-licencia-recurrente y el vice-segundo-que-quiere-volver-a-presidir han priorizado la rosca política y el arribismo individual por sobre el bien del Club. Está a la vista de todos, de hecho, cómo sus procederes han contribuido de manera directa al actual escenario de crisis multidimensional (deportiva, económica, institucional e identitaria) en el que se encuentra inmerso San Lorenzo…

Hace algunas semanas, un par de encuentros dirigenciales de primer nivel expusieron como nunca el abandono y la indefensión que explican el presente del CASLA. Ni un sólo directivo azulgrana estuvo presente en el acto de asunción de Claudio “Chiqui” Tapia, ratificado presidente de AFA hasta 2025. Y tampoco hubo una sola autoridad del Club en los encuentros que el número uno de FIFA, Gianni Infantino, celebró durante su último paso por el país, como cierre de su gira por Sudamérica. En otras palabras, en la foto con los tipos que conducen los destinos del fútbol a nivel local y global aparecieron todos, menos los representantes de San Lorenzo.

Abandonar a una institución a su suerte no es gratis. Sabemos cómo funciona este negocio. Sabemos que desde ciertos sectores se aguarda con ansias la oportunidad de potenciar las desgracias de San Lorenzo. Sabemos que desde afuera te quieren ver caído para patearte la cabeza. Y sabemos que desde adentro se les está allanando el camino para hacerlo.

Lejos estamos de pretender justificar las últimas derrotas deportivas o de despojar de culpas a un plantel y varios cuerpos técnicos lamentables. Pero los arbitrajes de Pitana versus Gimnasia y de Rapallini versus Aldosivi son una muestra cabal de lo ya dicho: el abandono y la indefensión del CASLA.

¿Acaso hace falta remarcar la importancia de mantener una relación sana con la entidad rectora de nuestro fútbol? ¿Es preciso, a estas alturas, evocar -por ejemplo- las consecuencias que tuvo para River el quiebre en el vínculo entre Daniel Passarella y Julio Grondona cuando el CARP transitaba su pelea por no descender? ¿No resultaría suicida, sabiendo que no hay margen para otra mala campaña azulgrana, encarar la próxima temporada confrontando públicamente con AFA y depositando nuestra suerte deportiva en un plantel cuya conformación responderá a la urgencia de una reducción presupuestaria?

No ayuda para nada, frente a este panorama desafiante, que nuestro presidente-en funciones ejerza un rol absolutamente testimonial para todos, mientras que nuestro vice-segundo-que quiere-volver-a-presidir se muestra más preocupado por lavar su imagen que por apagar los incendios que inició en el Club. Tampoco sirve que nuestro presidente-en-licencia-recurrente se exprese a través de “faveos” en Twitter, exponiendo en vano su enfrentamiento con Tapia, y enfatizando así el ridículo de una realidad insostenible por mucho tiempo más. Una realidad que ya no sólo exige un timonazo, sino que -como paso previo- alguien se decida a agarrar el timón.

Por Carlos Balboa
PARA DEBOEDOVENGO

AUTOR: De Boedo Vengo

Agrupación de socios de San Lorenzo fundada en Julio del año 2000 con la convicción de un San Lorenzo más grande, movilizado, en Boedo y como una Asociación Civil Sin Fines de Lucro.

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