EL RITO

FUTBOL PROFESIONAL

En el más surreal de todos los viajes que hice y que haré hasta el día en que me muera, un guía de la Ciudad de La Paz me contó que en ese país todavía está vigente en la población, sin distinción de clases sociales, un ritual ancestral: para agradecer o para pedir por alguna cosa importante, se ofrenda vida a la Pachamama. En general llamas. Sangre, tripa y corazón sobre una mesa de hierbas, raíces, alcoholes e incienso. Fuego, un chamán que inicia el ritual, músicas aymaras y un par de horas de proceso. A más importante la petición o el agradecimiento, más oneroso debe ser el sacrificio. Si bien desde los 70’s está mal visto ofrendar vidas humanas, es una práctica que se ha hecho y que, según dicen, se sigue haciendo en la clandestinidad con cuerpos considerados poco dignos (alcohólicos sin hogar, violadores, etc.).

En las horas previas al partido de ayer, fue circulada la imagen de un cadáver en descomposición en una boca de la popular oeste. Parece que un perro no alcanzó para tamaña petición, la de que San Lorenzo pueda intentar algo diferente con los intérpretes y las (no) ideas de siempre. ¿La ofrenda fue demasiado chica? ¿Cuáles son los cuerpos poco dignos candidatos a ser sacrificados para cambiar la suerte?

Sobre el partido

San Lorenzo salió finalmente con Ortigoza de titular otra vez. Con un 541 otra vez. Con una defensa endeble otra vez. Con un medio que fue una autopista (para Colón) otra vez. Con un nueve que se corre a los costados para centrar a un delantero que no está (él mismo) otra vez. Y perdió otra vez.

El medio: A sabiendas de que no se le puede pedir demasiado en cuanto a esfuerzo físico, al 20 se lo desliga del mismo. El tema es que, como casi siempre que juega, el 5 rival tuvo más libertades que exrepresor de la dictadura militar durante el menemato. Rosané no pudo en soledad frente a Lértora, Formica, Farías, Aliendro y Bernardi. Sobraban defensores (3 zagueros estáticos contra Morelo fijando) y faltaban medios (Rosané conteniendo a los ya nombrados que entraban).

Curioso caso el de Ortigoza: la cuenta oficial del club clamaba el amor del público con su camiseta. Nada de eso ocurrió. Con lo grande que ha hecho su nombre en este club… Una ovación que fue aplauso tibio. Un presente del que no se habla para no faltarle a la gracia de un semidiós. Una complicidad que avala la pretensión de tapar el sol con un 20 en la camiseta. Una vuelta que personalmente siento (y siempre sentí) innecesaria. Triste.

El enemigo: San Lorenzo. En otras columnas hablamos del terror de diván que Montero le tiene a la pelota. Bueno, más allá de la no generación de juego, basta con ver los goles de Colón para explicarlo. Pérdidas inexpertas. Un tiro libre mal ejecutado que entrega a un equipo mal parado y de transiciones lentas, frente a un equipo con movilidad y transiciones rápidas. Y una desinteligencia entre Di Santo, Uvita y Barrios que le da espacio y tiempo a Meza para sacar el viandazo que clavó.

Eso sí, hay un par de detalles a destacar.

El autor del primer gol es Paolo Goltz (36), un zaguero que cruzó la cancha de área a área más rápido que el retroceso de los nuestros.

El momento del primer gol es a segundos de terminar la primera mitad.

La marca de Peruzzi en el primer gol parece amateur.

El cambio de esquema: si bien el momento en el que pasa de 541 a 442/451 San Lorenzo se adelanta en metros, esto no es por una decisión de Montero ni de los jugadores, sino que Colón decidió esperar para contraatacar. Prescindió de la pelota porque entendió que San Lorenzo concede más peligro con posesión que sin ella debido a sus problemas de velocidad y pericia en el retroceso. De hecho, muchas de las más claras de la visita fueron en el ST.

Los juveniles: Mis respetos hacia ellos, a quienes cobardemente Montero se acordó de poner hoy y perdiendo 2-0. Aún así respondieron.

Uno no confía en el último a quien le pide ayuda. Sabella, Martegani, Hausch, Sequeira y Luján fueron el escudo de carne (sus sacrificados) usado por nuestro calvo entrenador para suavizar un muy espeso clima en el Bajo Flores. 

Una conclusión

El público no se equivoca. Al finalizar el partido, en cancha quedaban el ídolo Torrico, Di Santo, Peruzzi y ocho chicos surgidos de las inferiores. Tierra arrasada. El hincha entendió el juego y lejos de insultar juveniles, levantó el grito del “Vamos vamos los pibes”, pero recordó y denunció a quienes consideró poco dignos. Primero fue el micromundo de las redes sociales, luego el Pando. Ayer, cuando sonó la más maravillosa música y se pedían cabezas para ofrendar como sacrificio, alguien levantó un teléfono y censuró el veredicto de los socios para la televisión.

AUTOR: Matias Buscalia

Colaborador en DBV. Socio de San Lorenzo nro. 27.982. Periodista. Productor.

4 comentarios sobre «EL RITO»

  1. Hacía tiempo que no veía un equipo de futbol de 1ra en San Lorenzo de tan bajo nivel, sin patrón definido de juego, con jugadores sin jerarquía para vestir esta camiseta . Siempre se busca culpables, y los hay. En primer lugar los directivos, el señor Marcelo Tinelli que luego de un periodo aceptable, se desbarrancó comenzó a ausentarse y luego y pidió una
    licencia para ocuparse con su programa de TV, se higienizó las manos. Otro Matías Lamens que abandonó por la política mientras tanto se compró mal, pasaron varios técnicos sin pena ni gloria, internas dentro del club tales como la renuncia del sr Alvarez, le del Gerente de Socios sr Molina, y otras y nadie se hace cargo de este desastre

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