«EL VIVO ES IRREMPLAZABLE»

CULTURA

La situación institucional y futbolística en San Lorenzo sigue pendiendo de un hilo. Las buenas nuevas: parece que vuelven los hinchas a la cancha con un aforo limitado, así como sucede al día de hoy en los eventos culturales en el AMBA. Para charlar de esto y muchas otras cosas nos tomamos unos minutos con un sanlorencista que nos trae su visión sobre lo mejor de estos dos mundos: Álvaro “Ruso” Sánchez.

El “Ruso” supo ocupar -y en algunos casos lo continúa haciendo- el rol de bajista en Superlógico, Los Sedantes, El Siempreterno, Rotman y TresTresTres, entre otras bandas. Como solista también incursiona en el poco explorado mundo de la música medieval a través de las cantigas. Músico multi-instrumentista, el Ruso se permitió grabar en su casa un nuevo material aprovechando las épocas de cuarentena y tratando de sobrellevar la desidia de la mejor manera: “A la pandemia sobreviví haciendo música. Comí todos los días, no hice muchos gastos y llegué, claro. Pero lo que me hizo sobrevivir fue grabar en casa”. Así nació un disco que vio la luz a principios de año: Música para mirar fútbol sin volumen, un viaje surrealista que mezcla un sinfín de instrumentos, utensilios de cocina, percusiones, distorsiones, recortes futbolísticos con obvia mención al Diego, y sonidos de la naturaleza urbana de Boedo.

La historia de Álvaro con San Lorenzo comenzó prácticamente desde que se supo de su existencia. Nació en Parque Patricios, pero su familia era cuerva, los colores vinieron predestinados: “naciera donde naciera, iba a terminar siendo de San Lorenzo”. El músico recuerda cómo sus padres le contaron que lo llevaban a la cancha desde muy chico, pero sus primeras memorias arrancan a mediados del ‘86: “Era la época de los Camboyanos que yo ya tenía 6 ó 7 años, a esa edad empezás a entender, a jugar al fútbol y a saber los nombres de los jugadores”.

Álvaro es parte de la generación que se crió viendo a San Lorenzo jugar de local en canchas ajenas, como por ejemplo, en la de Huracán, algo que para él era normal. “Después Huracán estuvo en la B y no jugábamos nunca con ellos. Estaba la rivalidad porque se le cantaba a Huracán, pero yo no la sufría”. “Cualquiera que curtió esa época, puede decir que se la pasaba muy bien en la cancha. La hinchada estaba en un mambo creativo bastante extraño, el equipo que teníamos era el de los Camboyanos y por algo se los sigue recordando”, evoca.

Hace ya algunos años que en la Argentina dejó de permitirse la presencia de la hinchada visitante, una decisión que cambió de manera brutal el propio arte de ir a la cancha. Consultado al respecto, Álvaro considera que “el hecho de que haya dos hinchadas numerosas hacía diferente al fútbol, hacía a la identidad, no sólo de San Lorenzo, sino del fútbol argentino. Nunca vas a ver 20.000 hinchas del Barcelona en la cancha del Real Madrid, no existe esa foto. Si existe San Lorenzo en la Boca con 15.000 personas, o en la cancha de Huracán, o en la Independiente. Y al revés también”.

Fútbol y rock

En los ‘90 uno de los temas que estaba en pleno debate entre músicos y clubes de fútbol era la futbolización del rock, esa esencia de cancha que se trasladó a los estadios mediante los fanáticos. Álvaro considera que “la futbolización pasaba más por el público que por la gente que hacía música” y que la violencia de la que se hablaba tenía más que ver con cómo mostraban hechos puntuales por sobre cómo realmente se vivían los eventos en sí. “Sólo en uno de cada 20 recitales sucedía algo, ese salía en los medios y los demás quedaban invisibilizados”.

“En los ‘90 el rock se volvió más masivo y empezó cierta liturgia de los cantos y las banderas. Yo agarré la época de Los Redondos tocando para mucha gente, pero éramos hinchas del mismo club”, comenta el Ruso. “Nosotros hicimos que cierta parte del rock tuviera esa hinchada”.

Otra característica del actual panorama musical la aportan los recitales vía streaming, una alternativa particular para los artistas y para el público. El Ruso, que actualmente toca en diferentes grupos y estuvo afectado por el parate cultural, comentó en ese sentido: “Yo no hice, no me gusta para nada. Ni siquiera miré streamings. Me parece que lo único que valdría la pena hacer es algo como hizo el Indio Solari, ir a una locación en la que jamás podrías hacer un show en vivo. Hay una cuestión de imagen. Pero ir a tocar a salas de estudio a grabar como si fuese un disco, no. Lo del Indio fue distinto. El vivo no se puede reemplazar con nada. La energía que hay cuando vos estás tocando con gente de carne y hueso mirándote es muy distinta”.

El Ruso logró complementar en varias oportunidades su labor como músico con su pasión por San Lorenzo. El 30 de junio de 2019 participó de los festejos previos a la toma de los terrenos en Avenida La Plata “con una banda que funcionó esa vez y sólo esa vez”. Comentó que lo había llamado para tocar Gabriel Muscio, baterista de Rotman y quien le había hecho la tapa de su disco Música para mirar fútbol sin volumen. Éste, a su vez, había sido convocado previamente por otra persona a quien le ofrecieron tocar un tema, pero en ese momento se encontraba sin banda. Con muchas idas y vueltas, bajas de por medio, pero con la fecha aproximándose lograron preparar “Todo concluye al fin” de Vox Dei, en versión sanlorencista, claro.

Recuerda que hasta último momento no se sabía bien dónde iba a ser, cómo iba a ser. “Supuestamente a San Lorenzo a nivel legal y a nivel gestión le daban la propiedad el 1° de julio. Y el show fue antes. Encima para poder hacer un festival así en la calle, tenés que empezar a pedir permiso con mucha anticipación para que con suerte te dejen. Pero se pudo”.

También participó de una reversión murguera del Himno de San Lorenzo junto a integrantes de DeBoedoVengo, grabó y tocó en vivo Miralá con Mimi Maura y Sergio Rotman, y participó en un día del hincha en el Nuevo Gasómetro. “Tengo varias sanlorenceadas”, admite.

Concluimos la charla hablando sobre algo que preocupa a todos los hinchas: la actualidad sanlorencista. Álvaro advierte que está un poco lejos de todo, pero por lo que ve, “San Lorenzo hoy es horrible futbolísticamente, lo que es una consecuencia de la gestión institucional. Son conductas autodestructivas que se repiten una y otra vez. A veces San Lorenzo es la caja de Pandora y pasan cosas que no se pueden creer. ¿Cómo puede ser que se llevaron cuatro copas de la Platea Norte”, comenta indignado. “No hay ningún proyecto deportivo atrás y terminas así, trayendo jugadores que valen una fortuna, que no rinden, a los que no les paga, y que mañana te llevan a juicio. Hasta que un día te llega el agua al cuello. Es así como ahora llegamos a este momento”, concluye.

 

AUTOR: Cielo Manzi

Colaboradora en DBV. Socia de San Lorenzo nro. 127.825. Periodista.

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