BÁSQUET A LA GORRA

DEPORTES

La semana pasada San Lorenzo formalizó la contratación de Álvaro Castiñeira como entrenador del primer equipo de básquet. Con este anuncio finalmente se confirmó la participación del club en la próxima edición de la Liga Nacional con un plantel que, en principio, estará lejos de contar con las figuras rutilantes de temporadas pasadas.

Hace casi dos meses sosteníamos desde este espacio que el básquet genera ingresos propios y debería ser autosustentable, contando con un presupuesto acorde a lo que produce. Saludamos entonces la decisión tomada por las actuales autoridades en cuanto a la continuidad de la disciplina, con un criterio que (a priori) parece alejarse del llevado adelante por Marcelo Tinelli.

En las semanas previas, cuando todavía no había ninguna certeza sobre el futuro del básquet azulgrana ni sobre la habilitación del Gobierno de la Ciudad para la presencia de público en los partidos de ningún deporte, los abonados recibimos correos electrónicos y llamados telefónicos invitándonos a renovar nuestros abonos para el Polideportivo (los cuales en la temporada pasada, dicho sea de paso, difícilmente se hayan visto amortizados cuando se impuso el ASPO). El socio de San Lorenzo ha dado sobradas muestras de poner el hombro cuando la institución lo necesita y seguramente responderá también ante este nuevo pedido.

Desde la licencia de Tinelli para acá, los miembros del oficialismo han intentado despegarse a toda costa de su gestión mostrándose a sí mismos como una nueva dirigencia (obviando el hecho de que llegaron a sus cargos en la lista que encabezaba el “licenciado” presidente). Una buena forma de demostrar que no son su continuidad sería presentar un presupuesto y un proyecto que contemple el trabajo desde las categorías formativas del básquet (actualmente están vendiendo rifas para poder comprar materiales y reparar las jirafas) hasta el primer equipo.  ¿No hubiera sido más prolijo que Horacio Arreceygor (o algún miembro de la Comisión Directiva) exhibiera a los socios ese plan, y luego sí lanzar la campaña de renovación de abonos?

En un contexto en el cual los bolsillos de los argentinos vienen muy castigados, así como se planteó el tema se parece bastante a firmar un cheque en blanco a una dirigencia que presentó y aprobó un balance “flojísimo de papeles”.

San Lorenzo es un club grande y, como tal, debería dejar atrás el modelo de “pasar la gorra” entre sus asociados.

AUTOR: Gastón L. Guffanti

Miembro Integrante de DBV. Socio de San Lorenzo nro. 4.605. Socio refundador y abonado al Polideportivo.

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