NOS SOBRAN LAS PELOTAS

TRIBUNA

Un 12 de noviembre de 1990, en Liniers, San Lorenzo jugaba por la 12º fecha del torneo Apertura. Podría haber sido un partido más, pero sucedió un hecho tan particular como inédito en la historia del fútbol argentino.

Recuerdo perfectamente ese domingo soleado, de temperatura agradable, en el que llegué al José Amalfitani con un amigo, viajando en un colectivo 34 repleto de cuervos. Bajamos en Juan B. Justo y rumbeamos para las boleterías, donde había muchísima gente pese a que la campaña del equipo no era buena.

Después de lidiar un rato con las típicas dificultades para sacar las entradas accedimos a la tribuna visitante, la que nosotros usábamos de local porque era más grande, y la que los dueños de casa no utilizaban porque en la más chica no pasaban tanta vergüenza. La tribuna del tablero, bah, que ya se mostraba completa faltando 20 minutos para que comenzara el encuentro.

Sobre la hora estábamos bastante incómodos y se empezaron a escuchar los bombos. Ante el inminente ingreso de la banda que se demoraba, toda la atención se centró en la boca de acceso de la derecha. Y todos sabemos que cuando la entrada se demora es porque se viene algo lindo.

Entonando la clásica “Ahí viene la hinchada, qué loca que está” entró una banda infernal, con sombrillas, bombos y un montón de trofeos de todas las hinchadas (ganados en combates, como debe ser). Una vez ubicados en el centro de la tribuna, se escuchó el ineludible “Somos locales otra vez”. Y si alguien tiene alguna duda de la pertinencia de ese canto, que observe la foto que acompaña a esta nota.

En el transcurso del primer tiempo cayeron tres pelotas en la tribuna de San Lorenzo y no volvieron más. La última, a los 40 minutos, momento en el que el árbitro Juan Bava tomó la insólita decisión de suspender el partido ante la sorpresa de todos los presentes.

Mucho se especuló sobre posibles sanciones a San Lorenzo por parte del Tribunal de Disciplina, pero nada de eso ocurrió. El partido se reanudó exactamente un mes después, un día jueves, en horario nocturno. La Gloriosa volvió a copar todo el sector visitante de manera conmovedora, acompañando a un equipo que deambulaba en la mitad de la tabla como si estuviera pelando el campeonato.

El detalle de color fue una maravillosa entrada de la banda con el partido comenzado, al grito de “Ahí tienen las pelotas, oh oh oh…”, mientras no paraban de caer al campo un montón de pelotas plásticas de juguete, motivando la interrupción momentánea del encuentro y generando la admiración de todos. Una vez más, el fútbol argentino cayó rendido ante el ingenio único de La Gloriosa. Una vez más, los cuervos demostramos que nos sobran las pelotas.

Pienso en esa jornada y me asalta el recuerdo de una canción emblemática que aquella tarde se hizo masiva y se metió para siempre en nuestros corazones. Pero eso lo dejo, si les parece bien, para el próximo capítulo. Los espero, como siempre, del alambrado para acá.

AUTOR: Hernan De Luca

Colaborador en DBV. Socio de San Lorenzo nro. 19.105. Chef profesional.

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