EL OUTLET MÁS CARO DEL MUNDO

FUTBOL

Es mediodía. Verano de 2021. Recién corta su ciclo un DT-apuesta que cobraba como laureado. Acaba de asumir uno al que el destino posiblemente no le guarda mucho más en San Lorenzo que una veintena de partidos. La pantalla, dividida en dos mitades, muestra de un lado a Vignolo y del otro a Pellegrini: “Algunos piensan que (…) capaz el grupo se acomoda y, como yo ayer decía, fueron al outlet, metieron y trajeron lo que pudieron y… por ahí arman un equipo”, suspira sudoroso desde Ciudad Deportiva el ancho movilero de Ramos Mejía, mientras mueve el brazo izquierdo en forma circular, como quien, sin haber cocinado en su vida, va de compras y mete en su bolso distintas latas de alimentos en conserva con el único fin de que la pareja no vea vacía la alacena cuando llegue a su casa.

Casualidad o no, la alegoría del outlet fue bastante más acertada de lo que quien escribe hubiese esperado del hombre del micrófono, es que así se viene manejando el mercado de pases de San Lorenzo hace no menos de tres años. Diez refuerzos para un DT que dura una quincena de partidos, otros 10 más (solo un semestre después) para otro que dura menos de tres meses de competencia. Solo en los mercados de pases de verano e invierno de 2019, San Lorenzo incorporó a dos decenas de futbolistas de dispares niveles, para algunas posiciones descubiertas, pero mayormente para otras ya cubiertas por jugadores de igual o mayor valía con contratos todavía vigentes en aquellos momentos.

Biaggio, Almirón, Pizzi, Monarriz, Soso, Dabove y Montero. Esos siete entrenadores dirigieron al club en los últimos tres años. Todos con formas distintas de entender el fútbol. Todos con roles específicos para cada esquema a utilizar. Todos con su paquete Andreani de futbolistas a traer. Todos con su representante. A esta altura, más que evaluar si la ya disuelta Secretaría Técnica estuvo a la altura de la institución, lo que debiera preguntarse es quién toma las decisiones en el club. No hay orden ni concordancia entre decisiones separadas por un par de semanas.

En un club en el que se han mandado comitivas a Europa a para tocar puertas de clubes y así buscar el mejor postor de juveniles que literalmente han jugado más minutos en la selección que en la primera del equipo, un día se deciden desembolsar u$s 1.200.000 y un contrato por tres años en la misma moneda (vaya uno a saber a qué tipo de cambio) en un jugador que estaba a préstamo desde México y no había tenido el mejor de los rendimientos. Es que claro, para el DT de turno, el mediocampista Diego Rodríguez es fundamental. Pero como esto es San Lorenzo, a las dos semanas de la operación, se cambia de un plumazo al entrenador por otro de intenciones cercanas a lo opuesto y este pide un nuevo volante central de condiciones más defensivas.

Hoy, seis meses más tarde, habiendo contratado al tercer técnico en lo que va del año, Mauro Cetto, el flamante mánager de una gestión que intenta despegarse desde lo discursivo del tinellismo, está intentando ubicarlo en algún club que pueda pagar su salario. Lo mismo pasa con Cerutti (cerca de u$s 100.000 mensuales), Braghieri y tantos otros futbolistas que no son responsables de este desastre financiero y económico.

Hace no muchas semanas, el conductor de Showmatch revivió una vieja premisa de épocas tristes, la de ir Todos Juntos. Fue desde las historias de su Instagram personal. Sin embargo, a los pocos días se licenció del cargo que tenía y de la carga que le significaba afrontar este presente en San Lorenzo. Por eso, desde este espacio me permito sugerir que la pregunta que, como socios e hinchas, tenemos el deber de hacernos es hacia dónde vamos Todos Juntos.

Es que, si bien (hoy podría decirse que por suerte) el fútbol no es una sucesión de méritos decantados directamente en resultados, cualquier persona con una dosis mínima de perspectiva hacia adelante en lo económico y hacia el campo de juego en lo futbolístico sabe que el rumbo que se toma al cambiar esquemas, funcionamientos, entrenadores y futbolistas cada semestre según las ofertas del outlet nos lleva más cerca del segundo descenso que de la segunda Libertadores.

AUTOR: Matias Buscalia

Colaborador en DBV. Socio de San Lorenzo nro. 27.982. Periodista. Productor.

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