ESTRELLAS FUGACES

HISTORIA

Hace unas semanas la Confederación Sudamericana de Fútbol (CONMEBOL) validó -al menos desde lo comunicacional- certámenes extintos como la Copa Aldao y la Tie Cup. Apenas desatada la controversia, la entidad enmendó su error y se desdijo.

Hermanadas por firmes sospechas de corrupción y generalizados reclamos de mayor transparencia, tanto la CONMEBOL como la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) atraviesan un presente tormentoso. Casi cualquier decisión tomada desde los escritorios de una u otra entidad es, por estos días, vista con recelo e invita a la discusión. En ese marco se desarrolló lo que podríamos denominar “el Caso de las Aldao”.

Tras la consagración de River en la última Libertadores, y en otra burda muestra de revisionismo mal aplicado, el portal de la CONMEBOL felicitó a la institución por un nuevo título internacional, más precisamente el décimo quinto. ¿Cómo, 15 estrellas internacionales? Sí, esa era la cuenta que hacía la asociación con sede en Luque, Paraguay, que parecía otorgarle carácter oficial a competiciones extintas y organizadas previamente a su fundación, como la Tie Cup Competition (que los riverplatenses habían ganado durante el Amateurismo, en 1914) y la Copa Aldao (que la escuadra nacida en La Boca y hoy asentada en el barrio de Belgrano había obtenido en 1936, 1937, 1941, 1945 y 1947).

Así, de un plumazo, los gallináceos sumaban seis estrellas que nadie había previsto a su reverdecido palmarés internacional (palmarés que, hasta el año pasado, recordemos, totalizaba sólo cinco títulos). Y así también, Wikipedia mediante, el pueblo futbolero de esta parte del mundo se anotició de la existencia de la Copa de Competencia Chevallier Boutell, también llamada Cup Tie Competition, y conoció los pormenores de la Copa Aldao, también denominada Copa Río de La Plata o Campeonato Rioplatense, entre otros trofeos difuntos o discontinuados.

A decir verdad, en la Argentina estas “nuevas viejas” referencias no nos sorprendieron tanto, dado que hace apenas dos años la AFA publicó en su sitio web una larga lista de certámenes locales irregulares (irregulares en todas las acepciones posibles), tanto del Amateurismo como del Profesionalismo, con sus respectivos ganadores. Desde entonces, varios medios especializados juzgaron esta decisión como una legitimación de los mismos y, peor aún, los equipararon con los títulos regulares. De ese modo, clubes que llevaban más de medio siglo de decadencia deportiva, como Racing, o que sólo portaban un lauro de consideración, como Huracán, aprovecharon la movida para bordarse una infinidad de estrellas en sus escudos, pintarlas en sus estadios y… poco les faltó para incorporarlas a su cancionero de tribuna (¿”para ser grande hay que ganar la Escobar”?, ¿”la Copa Beccar-Varela es mi obsesión”?).

Para embarrar aún más la cancha, el Fútbol Para Todos (FPT) decidió esta temporada “hacer una revisión definitiva de los historiales y las estadísticas del fútbol argentino”, según palabras del periodista Alejandro Fabbri. De ese modo, el FPV metió en la misma bolsa del Profesionalismo a partidos de una época en la que la AFA no existía como tal, sus clubes más representativos hoy desaparecieron y sus certámenes estaban plagados de irregularidades y discontinuidades. Pero de esta cuestión me ocuparé largamente en próximas columnas. Queda prometido.

Volviendo a la publicación en la web de la AFA de los torneos amateurs e irregulares, hay quienes creen que esa fue la singular respuesta al pedido de San Lorenzo de reconocimiento del campeonato de 1936. Debe resaltarse que dicho reclamo tenía todas las de la ley, pero la entidad que conducía Grondona lo habría utilizado primeramente para “recompensar” al recientemente descendido River, al otorgarle una estrella que no le correspondía (en aquella temporada se habían puesto en juego dos campeonatos y no tres). Y, en una segunda instancia, para repartir otros lauros a diestra y siniestra, vaya uno a saber en carácter reparador de qué, al “oficializar” la Era Amateur y los ya citados certámenes irregulares.

Lo concreto es, que a diferencia de la rápida reacción de la CONMEBOL, que 24 horas después del origen de la polémica por “el Caso de las Aldao” rectificó el “error” de su Departamento de Prensa y le sonsacó las estrellas internacionales “truchas” a River (y a los demás clubes involucrados, incluido San Lorenzo), desde Viamonte al 1.300 nunca se emitió comunicado alguno para aclarar el panorama a nivel local. En otras palabras, al menos en esta faceta, la asociación de carácter continental demostró mucha más seriedad y sentido común que la AFA.

A un año del fallecimiento de Don Julio, y en plena “Guerra de Tronos” por su sucesión, quizás haya que esperar por un recambio de autoridades para conocer el criterio oficial del Fútbol Argentino (que no necesariamente debe ser el de FPT) sobre la validez de un período signado por la desorganización y la falta de registros, y sobre la real entidad de competiciones irrisorias que se dirimían, por ejemplo, por una mayor cantidad de tiros de esquina a favor. Mientras tanto, el amigo Fabbri podrá defender su nueva postura (diametralmente opuesta a la de antaño, cuando consideraba que el Amateurismo era un mamarracho) y la gente de Playfútbol.com (que tanto parece apreciar y respetar al Ciclón, y que nunca evidencia ninguna predilección para con ningún club del Riachuelo al que para nada le duele la existencia de San Lorenzo, claro) podrá seguir chicaneándonos, cual hijo travieso y malcriado, con su tablita de copas en la que estamos ahí nomás de Alumni.

AUTOR: Carlos Balboa

Socio 12.236. Socio Refundador 2.045. Miembro de DBV. Periodista.

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