HISTORIAS QUE SE CIERRAN

VUELTA A BOEDO

En DBV sentimos una enorme alegría por la obtención de la Copa Libertadores 2014. Se trata de un logro que viene a hacer justicia con la historia de San Lorenzo.

La alegría se profundiza porque percibimos que la obtención de la Copa es el reflejo de un cambio de mentalidad fundamental.

Repasando nuestra historia vemos que San Lorenzo regala la Copa en 1960 y dos años después firma el primer convenio con la MCBA, comenzando a tomar fuerza la idea de un San Lorenzo “moderno”, “nacional”, un San Lorenzo sin Boedo (en realidad, la idea de abandonar Boedo es anterior a 1960 y ya en la década del 30 había existido un primer amague) que percibía a nuestro barrio de origen como una restricción a su crecimiento. La frase, miles de veces pronunciada, que lo sintetizaba todo era: “San Lorenzo es un club nacional, no un club de barrio”.

La fantasía era que construir un estadio enorme iba a implicar un crecimiento proporcional del club y que esto era imposible en Boedo.

A veces se suele subestimar la importancia de las ideas que se van arraigando en la mente de las personas, dando una preponderancia decisiva a la acción, a la ejecución.

Creo que gran parte del drama de San Lorenzo en los 70 surge inicialmente de varias ideas equivocadas, de la falsa disyuntiva (falsa en el caso de San Lorenzo) “club nacional vs. club de barrio”, de la idea de que Boedo limitaba al club, de la idea de que para competir con Boca y River debíamos tener un estadio más grande que el de ellos. Hay que decir que a las ideas equivocadas se sumaron además pésimas gestiones y el resultado fue un doble golpe letal para el alma del club: pérdida del Gasómetro y descenso.

Más allá de la extraordinaria respuesta del pueblo sanlorencista en 1982 el club que surgió de la catástrofe reflejaba el daño surgido. Daños evidentes en la situación económico-financiera, perdida de socios, caos institucional, carencia de estadio propio. Y secuelas menos evidentes pero igualmente dañinas en el inconsciente colectivo sanlorencista: resignación, pérdida del orgullo, ausencia de proyecto social…un club sobreviviente y punto. No pasó tanto tiempo para que los daños más evidentes fueran reparados. El club fue ordenado, volvimos a tener cancha y a ser campeones. Pero quedaban los peores daños, los del alma.

La mayoría de los clubes argentinos tuvieron problemas con la crisis del 2001 y San Lorenzo no fue la excepción. A pesar de que en aquellos años el club obtuvo dos títulos internacionales esto no cambió la mentalidad. Peor aún: se profundizó el énfasis en la supervivencia. El objetivo del club era pagar las deudas y ganar el así llamado campeonato económico.

En aquella época desde DBV nos rebelamos contra ese San Lorenzo. Nos rebelamos contra la idea de que Boedo era pasado, nostalgia. Nos rebelamos contra un San Lorenzo que sólo hablaba de su grandeza en pasado. Entendimos que la negación de Boedo era la forma de mantener en el presente aquellas ideas equivocadas de los 60. Pensamos y dijimos que el potencial de San Lorenzo era enorme y que para liberarlo había que volver a Boedo.

Al San Lorenzo sobreviviente encarnado en muchos cuervos les parecía una idea absurda. Y nos decían que había que elegir, que no podíamos pensar en la Vuelta sin tener la Copa Libertadores, que la cuestión era Copa o Vuelta. Desde DBV siempre sostuvimos que era Vuelta y Copa, que a San Lorenzo le daba el cuero para eso, que si encarábamos la Vuelta la Copa iba a llegar.

Fue casi una década donde minorías de cuervos enfrentamos al conformismo y a las secuelas que tantos años de dolor habían dejado en la mente sanlorencista. Como gota que por persistencia horada la piedra, la Vuelta a Boedo cada vez llegó a más cuervos.

Con la instalación de la vuelta a Boedo como fin, San Lorenzo logra torcer el pensamiento del socio histórico. Boedo finalmente se transforma en la meta madre.

La Ley de Reparación Histórica de 2007 fue la primera muestra de que la Vuelta no era una locura: los resultados concretos, tangibles, empezaban a llegar. Ese mismo año presentamos el Proyecto La Gloriosa para que la Vuelta a Boedo comenzara el tránsito que va del sueño al proyecto.

Ya en 2010 se vió un incipiente cambio de mentalidad que se reflejó en los debates de la campaña electoral y a fin de ese año Adolfo Res presenta en Legislatura el Proyecto de Restitución Histórica. Lo que vino entre 2010 y 2012 fue un periodo intenso de nuestra historia, donde coexistieron la pesada inercia del pasado, la debilidad política del gobierno electo en 2010 y la lucha por no descender de categoría con los avances de la Vuelta a Boedo.

En 2012el 8 de Marzo, con el equipo a punto de descender, 100.000 cuervos llenaron la Plaza de Mayo pidiendo por la Vuelta a Boedo. Es notable el simbolismo de ese día: por un lado, el contexto dado por la agonía del San Lorenzo surgido en los 60, que seguía condicionando la realidad del club al punto de amenazar con un nuevo descenso que parecía inevitable, y por otro lado, cien mil cuervos que no querían hablar más de Boedo en pasado, que querían soñar con un futuro diferente.

De ese 8 de Marzo tomaron nota TODOS, cuervos o no. Y a nivel interno, ya nadie podría minimizar la importancia de la Vuelta.

San Lorenzo se salvó del descenso en forma milagrosa y asumió el gobierno la dupla Lammens – Tinelli. Como es público y notorio la gestión del club fue rápidamente ordenada. Y en la gestión del fútbol profesional los aciertos superaron a los errores. En lo que se refiere a la contratación de Directores Técnicos, más allá de gustos personales hay que decir que Pizzi logró eliminar el riesgo de descenso y terminó logrando el campeonato y la clasificación a la Libertadores 2014. Con la salida de Pizzi, la Comisión Directiva tenía que tomar la difícil decisión de elegir un DT para jugar la Copa en plazo perentorio. Y la elección de Edgardo Bauza fue un gran acierto de la actual gestión. Era la persona indicada, lo era en ese momento y el tiempo lo confirmó.

Al mismo tiempo que San Lorenzo comenzaba dificultosamente su camino hacia la consagración copera, en Abril se firmó el histórico convenio con el hipermercado francés, cerrando así una negociación muy compleja sobre la que nadie podía arriesgar un pronóstico favorable en su inicio.

Y a los pocos meses llegó la Libertadores, la maldita copa que nos obsesionó durante décadas. Con un aspecto a destacar, que en buena parte explica el logro obtenido: luego de años oscuros donde la entrega y el profesionalismo de los planteles profesionales del club fue al menos dudosa, San Lorenzo volvió a tener un equipo que dejó todo en la canchaun plantel en el que todos tiraron para adelante.

Es un logro que muchos cuervos sentimos que ha cerrado definitivamente la herida del descenso de 1981.

Pero no es la única historia que está teniendo un cierre. En 1960 San Lorenzo regaló la primera Copa Libertadores y casi al mismo tiempo comenzó a irse de Boedo. 54 años después, San Lorenzo obtuvo su primera Libertadores cuando comenzó a concretar la Vuelta total a Avenida La Plata. Era Vuelta y Copa nomás.

Ojalá este presente sea un piso consolidado y no un techo. Ojalá San Lorenzo siga teniendo planteles profesionales que nos enorgullezcan. Ojalá podamos incrementar aún más la cantidad de socios. Ojalá la Vuelta a Boedo siga avanzando y rápidamente pase a ser parte de la vida cotidiana del club, con actividades permanentes en las nuevas instalaciones existentes y en las ampliaciones que vendrán. Ojalá podamos terminar pronto la adquisición del terreno principal en Boedo e iniciar la construcción del estadio.

Faltan muchas cosas, es cierto y no es difícil verlo. El futuro no está asegurado y habrá que seguirlo construyendo día a día. Pero no por eso vamos a perder de vista este presente, con San Lorenzo Campeón de América, con 60.000 socios, con la Vuelta a Boedo en marcha y sobre todo, con una nueva mentalidad en los socios que creen en el potencial de San Lorenzo, que sin renunciar a lo construído en el Bajo Flores saben que Boedo es una riqueza para el club (y no un lastre), que es el futuro y no el pasado y que es orgullo y no nostalgia. El gigante se empezó a despertar, no es poco.

AUTOR: Marcelo Castillo

Miembro Integrante de DBV. Socio de San Lorenzo. Economista. Magister en Economía Urbana.

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