ZONCERAS AZULGRANAS 6: «EL TERCER GRANDE»

CULTURA

Se lo oí decir, con sumo orgullo, a más de un cuervo. También lo leí en aquel artículo de Olé sobre venta histórica de entradas que muchos citaron con genuina satisfacción. Durante un tiempo, no hace tanto, lo llegó a afirmar la propia voz del estadio en el mismísimo Bidegain. Y lo supo destacar un desvergonzado panfleto, repartido en los días previos a las últimas elecciones, como un supuesto logro por parte del Oficialismo saliente.

Resulta que a muchos hinchas de San Lorenzo les parece todo un éxito eso de ser “el tercer grande”. ¿Pero qué significa realmente tal denominación? Significa, de hecho, naturalizar y eliminar todo cuestionamiento sobre la superioridad de dos clubes abominables, Boca y River. O sea que en lugar de edificar la propia grandeza poniendo en discusión dicha supremacía, se prefiere darla por sentada y contentarse con el triste bronce, con el último lugar en el podio. Nótese la profunda contradicción de este patético conformismo: se pretende ser grandes sin tener un mínimo acto de grandeza. Refutando a nuestro Himno: ni lucha ni honor. 

Toda discusión sobre “el tercer grande” está perdida de antemano, ya que -para San Lorenzo- más que un mérito ese mote implica una imposibilidad. Peor aún, implica un renunciamiento: el renunciamiento a ser lo más grande que hay. Por eso, dime de qué te jactas, cuervo, y te diré qué tan mediocre eres.

Por otro lado, ¿cuál es el gran mérito de posicionarse, desde lo simbólico, por encima de clubes que, desde lo concreto y material, hoy nos miran desde arriba? La grandeza debe estar refrendada en hechos, de lo contrario es letra muerta. Así lo entienden, por ejemplo, los dirigentes de un club chico que llevan varias temporadas recibiendo y administrando mejor el mismo dinero que nosotros por parte de la TV. Y basta con mirar las alevosas diferencias en la conformación de los planteles y en la situación económica que hoy existen entre ellos y nosotros, “el tercer grande”, para admitir que no hay nada que celebrar. ¿Cuándo entenderemos que la grandeza es una construcción histórica, no una condición dinástica y eterna?

En cierto modo, “San Lorenzo, tercer grande” es la zoncera madre de todas las zonceras, porque equivale a negar nuestro verdadero potencial, nuestro destino victorioso, nuestra insignia triunfal. Nos sume en la pasividad y en el conformismo, nos limita la ilusión y nos condena a alegrías parciales y esporádicas, cuando en verdad tenemos todo para hegemonizar la gloria deportiva, institucional y social en el fútbol argentino. Cuervo querido, incluso en tiempos de apretar las muelas y aguantar el aguacero -incluso en tiempos como los que corren-, no le facilites el trabajo a los miopes de espíritu, a los negligentes, a los mezquinos. No te resignes a objetivos menores, no rebajes tu nivel de exigencia. No dejes nunca de pensar en grande.

AUTOR: Carlos Balboa

Socio 12.236. Socio Refundador 2.045. Miembro de DBV. Periodista.

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