ZONCERAS AZULGRANAS 3: BOICOTEAR LA VUELTA

CULTURA

En pleno festejo patrio por un nuevo aniversario del 25 de mayo de 1810, ¿qué mejor que hacer un breve repaso sobre las zonceras que han intentado boicotear -ya sea por ignorancia, culpa o mera mediocridad- el anhelo sanlorencista de reencontrarnos verdaderamente con nuestros orígenes y nuestra identidad, con nuestra pequeña gran patria, el ilustre barrio de Boedo?

Lo sé, la temática suena ligeramente anacrónica porque hoy casi todos estamos embanderados bajo el precepto de Volver a Tierra Santa y parece impensado que algún cuervo pueda estar en contra de tan Sagrada Causa. Sin embargo, en los últimos 10 años fueron muchas las objeciones que circularon y siguen circulando al respecto, las cuales -lejos de resultar abstractas e inocuas- impidieron y ralentizaron el avance de la Vuelta. No es casual, en ese sentido, que aún no se haya materializado la primera etapa del Proyecto La Gloriosa, pese a que -más que nunca- todo está dado para su concreción.

Si bien nadie duda de que últimamente dimos grandes pasos en pos de la concientización del pueblo azulgrana, estas objeciones todavía no desaparecieron del todo del imaginario propio y ajeno. Algunas de ellas a duras penas se las arreglan para subsistir, mientras que otras -por desgracia- aún gozan de buena salud. Lo cierto es que, más allá de su grado de vigencia, perfectamente puede elaborarse un top-five con tales zonceras, listado que sólo podría estar encabezado por la siguiente frase…

1) “Volver a Boedo es una utopía”. Y donde dice utopía también puede leerse “locura” o “gesta faraónica”. Cada vez más desacreditada, se trata de la zoncera madre que aborta desde el vamos cualquier aspiración de Vuelta. Por estos días no hace falta argumentar demasiado para desbaratarla, ya que se desploma por su propio peso muerto. En el fondo, implica un absoluto desamor por San Lorenzo y una absoluta falta de fe en su Grandeza.

2) “El Nuevo Gasómetro ya está”. ¿Quién no ha cantado la canción o se ha referido así al Pedro Bidegain, sin detenerse a pensar que al hablar de “Nuevo” estamos avalando implícitamente el mote de “Viejo” que pesó sobre el Gasómetro de Avenida La Plata y que colaboró con la falacia de que había que abandonarlo? Una zoncera nomenclatural similar a la de dotar de sanlorencismo al límite entre Soldati, Flores y Nueva Pompeya con la denominación “Bajo Flores”.

3) “Volver a Boedo es despreciar al Bidegain” (frase muchas veces acompañada por “en el Bidegain ganamos muchos títulos”). Así se trata de reivindicar la importancia y el valor afectivo -que nadie discute- del estadio que nos permitió recuperar la localía, pero que no nos permitió recuperar el arraigo, la pertenencia y las grandes convocatorias. Señalar tal imposibilidad, comprobable cada 15 días, no es cometer un desprecio, sino evitar una necedad. Más moderados, algunos partidarios de esta suerte de “¿para qué Volver si así estamos bien?” se esperanzan con la idea (errónea desde el punto de vista técnico) de que “la cancha puede trasladarse”. Paradójicamente, estas zonceras suelen ser defendidas por aquellos que asisten al Pedro Bidegain y usan las instalaciones de la Ciudad Deportiva con menor frecuencia.

4) “San Lorenzo tiene problemas más urgentes que Volver a Boedo”. Sí, claro. Antes que accionar su Vuelta a Tierra Santa, el Club debe -por ejemplo- detener su sangría financiera e impedir la bancarrota. El doble error es pensar -por un lado- que una necesidad se contrapone con la otra y la posterga indefinidamente, y -por otro- que las dificultades económicas, institucionales y deportivas que hoy padece San Lorenzo no podrían hallar su solución de fondo, justamente, en la Recuperación de su Identidad. En ese sentido, puede decirse que no hay problema más urgente y trascendente que Volver.

5) “San Lorenzo es más que un club de barrio, es un club nacional”. Otra verdad de Perogrullo que intenta desvirtuar el real significado de la Vuelta. Como si retornar a Boedo implicara negar la existencia de cuervos en cada rincón del país y en infinidad de puntos fuera del mismo. Como si no hubiera que Ser para Crecer. Como si los orígenes limitaran o empequeñecieran en lugar de proyectar grandeza. Como si la mayor envergadura posible no dependiera de la firmeza de los cimientos. Como si, en definitiva, pintar la propia aldea no fuera la mejor manera de ser universal.

AUTOR: Carlos Balboa

Socio 12.236. Socio Refundador 2.045. Miembro de DBV. Periodista.

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